Unas 50 enfermeras jubiladas o prejubiladas de los hospitales del Mar y Sant Pau, de Barcelona, se han reincorporado al trabajo para vacunar a sus compañeros contra el covid-19, evitando así que otras profesionales en activo deban asumir dobles turnos o dejar el trabajo de atención a la pandemia.



En Sant Pau, la vacunación se ha convertido en un momento de alegría para muchos de sus profesionales sanitarios porque la treintena de enfermeras que se han ocupado de administrar las vacunas son personal prejubilado de este centro que, en algunos casos, han sido maestras, compañeras y amigas de los vacunados.

SE OFRECIERON ELLAS MISMAS

"Han sido como agua bendita", ha asegurado el doctor Rafael Padrós, responsable del Servicio de Prevención de Riesgos Laborales de Sant Pau y coordinador del proceso de vacunación del coronavirus a todos los empleados de este hospital. Padrós ha explicado que, de hecho, fueron las propias enfermeras prejubiladas las que se organizaron entre ellas, antes de que los responsables del hospital las reunieran y les explicaran cómo debían afrontar el proceso de vacunación.



A estas profesionales se les ha ofrecido un par de horas de formación y han estado tuteladas a la hora de administrar las vacunas, ha añadido el responsable de Salud Laboral.

SATISFECHAS DE VOLVER

Por su parte, Glòria Casajús, una de las enfermeras reincorporadas en Sant Pau para vacunar, ha explicado que se sintió "muy enfadada" cuando a principios de año vio por televisión que se había vacunado a muy pocas personas en Cataluña. Al día siguiente, por casualidad, recibió una felicitación de año nuevo por teléfono de un antiguo compañero de Sant Pau, el doctor Joaquín López-Contreras, especialista en enfermedades infecciosas de ese hospital, al que le comentó su indignación y le lanzó el reto de colaborar en la vacunación.



El especialista trasladó este ofrecimiento al responsable de Salud Laboral y todo empezó a rodar para hacer realidad el deseo de Glòria y otras enfermeras jubiladas que también querían ayudar a sus antiguos compañeros sanitarios.



"Nos hemos ofrecido pero con sentido común. Hace poco que nos hemos prejubilado y estamos ágiles, pero no nos podemos poner en primera línea en una UCI", ha razonado Casajús. Más allá de la vacunación, esta veterana enfermera ha reivindicado también el papel del colectivo en el buen manejo y la recuperación de los pacientes covid.



En el Hospital del Mar, son 16 las enfermeras jubiladas que se han reincorporado para vacunar a sus antiguos colegas de hospital, han informado fuentes de este centro. Entre ellas, la enfermera jubilada de forma parcial Rosa Balaguer, que ha vuelto al Hospital del Mar a vacunar a sus compañeros después de ayudar en la reorganización de la UCI durante la primera ola.



"A nivel personal, ha sido un regalo" poder participar en la administración de la vacuna, ha indicado Balaguer.



El servicio de Farmacia del Hospital del Mar se ocupa de la reconstrucción de las vacunas de Pfizer y Moderna que administran las 16 enfermeras prejubiladas, por lo que "es muy fácil" todo el proceso, ha asegurado. Esta enfermera está aprovechando para ponerse "al día de cómo están los compañeros". "También siento que no me desengancho de la profesión. Para mí, no ha sido ninguna carga, al contrario", ha considerado.

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