Hormigas transportan hojas a su hormiguero / EFE

Hormigas transportan hojas a su hormiguero / EFE

Vivir en Barcelona

Aceptamos hormiga como animal de compañía

Hormigueros artesanales y dietas distintas para cada especie: lo que hay que saber para tenerlas de mascotas

5 abril, 2021 00:00

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Antes de cumplir diez años ya tenía una granja de caracoles, cuando alcanzó la mayoría de edad empezó a criar canarios y en 2018 descubrió su gran afición por otro animal: las hormigas. Desde hace casi tres años, Víctor ha convertido el parking de su casa en algo más que un simple garaje. Ahora es el lugar en el que viven sus 21 colonias, repartidas en otros tantos hormigueros artificiales.

“En algunas solo está la reina, aunque en la mayoría hay entre 50 y 200 ejemplares. La colonia más grande de mi casa tiene más de 600 hormigas”, explica a Metrópoli Abierta. Tiene 31 años y es operario de máquina en una empresa que fabrica botellas de plástico. En su tiempo libre, Víctor cuida de los hormigueros en su finca de Lliçà d’Amunt. Todos de especies autóctonas excepto una, la messor minor hesperius, una hormiga endémica de las islas Canarias, negra y con la cabeza roja, que no se encuentra en ningún otro lugar del mundo.

Una de las reinas de 'camponotus micans' que Víctor tiene en casa / CEDIDA

Una de las reinas de 'camponotus micans' que Víctor tiene en casa / CEDIDA



Ni le dan cariño, ni le piden que las acaricie, ni se prestan a jugar con él. Pero como si fuesen perros o gatos, para Víctor estas hormigas son sus mascotas. Además de las canarias, tiene varias especies peninsulares distintas. Por ejemplo, dos reinas de camponotus micans, que ponen huevos de colores (en su caso son naranjas aunque asegura que también los ha visto azules). O las myrmica rubra, que están prácticamente siempre en la nevera (porque el calor podría matarlas) y solo las saca en invierno. Y las tapinoma nigerrimum, su particular ejército con más de seis centenares de miembros, que en ocasiones han logrado escapar del habitáculo. “Son muy territoriales e intentan expandirse. Se las ingenian para salir. También son muy agresivas. Yo he metido la mano ahí adentro y me han mordido. Hay que tener cuidado”, se ríe.

UNA DIETA PARA CADA COLONIA Y TEMPERATURA REGULADA

Como con cualquier otro animal de compañía, Víctor cuida la dieta de sus hormigas. A las reinas les sirve mezclas de agua con azúcar o leche con miel para que pongan huevos. Para el resto hay distintas opciones. Las hay que solo comen grano y semillas, por lo que guarda en un cajón botecitos con alpiste, quinoa y chía. Y otras son carnívoras. “Les doy cucarachas, tenebrios –el gusano de la harina– y moscas”, cuenta a este diario. De hecho, las moscas las cría él mismo durante una semana. Cuando ya han crecido lo suficiente, les quita las alas para que no huyan volando y se las entrega a sus diminutas amigas, que las devoran en cuestión de minutos.

Así son los nidos artificiales en los que viven las hormigas de Víctor / CEDIDA

Así son los nidos artificiales en los que viven las hormigas de Víctor / CEDIDA



Después de cuatro meses de hibernación, las hormigas de Víctor se han empezado a desvelar con la llegada de la primavera. “En noviembre iniciaron la diapausa y desde entonces no hacían casi nada. Durante todo este tiempo se limitan a ponerse muy juntas para darse calor y se ocupan de que los huevos no eclosionen, porque las larvas no pueden nacer hasta que no empiece a hacer bueno”, narra. Para ayudar a que despierten de su letargo, envuelve los hormigueros en una manta eléctrica y activa el termostato a 24ºC día y noche. De este modo, próximamente tendrían que comenzar a nacer las nuevas obreras, que harán crecer aún más cada una de sus colonias.

ANTDERGROUND, UN TALLER DE HORMIGUEROS ARTESANALES

Para las que necesiten más espacio y un nuevo hormiguero, Víctor sabe de sobras adónde acudir: Antderground (de la unión de los vocablos ingleses ant –hormiga– y underground –bajo tierra–). Es la tienda especializada que Eric abrió en Berga en 2019, después de dos décadas dedicándose al mundo del piercing y el tatuaje. El proyecto empezó como un simple pasatiempos, cuando ayudó a su hijo de cinco años a construir un hormiguero para donarlo al colegio. El éxito fue tal que lo convirtió en su negocio.

Desde el taller, Eric envía sus hormigueros artesanales de metacrilato a cualquier ciudad de España (y muchas de Europa). “Los hacemos de varios tipos y para especies distintas. Varía el tamaño, la humedad que absorben… para las hormigas arborícolas introducimos elementos de madera y para las escapistas hemos elaborado un sistema anti fugas”, cuenta a este diario. “Y luego los vendemos por internet. Con cada comanda viene una hormiga de regalo”, señala.

Desde 2019, Eric comercializa sus propios hormigueros artesanales / ANTDERGROUND

Desde 2019, Eric comercializa sus propios hormigueros artesanales / ANTDERGROUND



Los precios varían, según las características del habitáculo, de cuatro euros a 50. Con más de 100 pedidos al mes, Eric ha conseguido que esta sea su principal fuente de ingresos. Un trabajo full time por el que obtiene de media 4.000 euros mensuales. Afirma que en los meses de más actividad puede llegar a alcanzar los 8.000, aunque cuando hay menos pedidos los ingresos bajan a unos 2.000.

Más allá de los hormigueros, también vende preparados nutricionales para hormigas. De entre los que tienen más éxito, las gelatinas de proteína dulces, golosinas del tamaño de un tocinillo de cielo para insectos que vienen en un pack de un euro. A disposición de los clientes tiene igualmente sobrecillos con semillas de varias plantas. Lechuga, fenonegro… y una mezcla de trigo y lino. Además de botes con gusanos y su producto estrella: Ant Nectar (néctar de hormiga). “Es un líquido hecho a base de sales minerales, azúcar y agua. Cada bote vale 10 euros. Si tienes muchas hormigas te puede durar una semana. Si no tienes tantas, te durará varios meses. Y lo bueno es que no se estropea”, aclara. Tiene incluso una marca blanca propia, Antcendado (¿les recuerda a algo?), con productos low cost pero que prometen una calidad igual a los originales.

'Ant Nectar', hecho a base de sales minerales, azúcar y agua / ANTDERGROUND

'Ant Nectar', hecho a base de sales minerales, azúcar y agua / ANTDERGROUND



ESPECIES INVASORAS

De las más de 10.000 especies conocidas de hormigas que existen en el mundo, hay cuatro que aparecen en el Catálogo español de especies exóticas invasoras. Se trata de las linepithema humile –las famosas hormigas argentinas–, las monomorium destructor –conocidas como hormigas de Singapur–, las paratrechina longicornis –apodadas hormigas locas– y las tapinoma melanocephalum –llamadas también hormigas fantasma–. Según el Artículo 7 del Real Decreto 630/2013, de 2 de agosto, queda prohibida “su posesión, transporte, tráfico y comercio” en toda España, así como “su introducción en el medio natural”.

Y es que, tal y como explica Roberto Huerta, de la Asociación Ibérica de Mirmecología, a Metrópoli Abierta, estas especies causan perjuicios “de todo tipo” a las hormigas nativas. “Las desplazan, reducen sus poblaciones y las matan”, afirma el experto. Algo que tiene consecuencias directas sobre el resto del ecosistema y la cadena trófica. Por este motivo, afirma que la mayoría de los aficionados que conoce no tienen hormigas que no sean exclusivamente del país. Tampoco las hay en su tienda de Cádiz, Anthouse. Aun así, alerta: “Luego está internet, aquello es la selva. Igual que los que compran serpientes venenosas o tarántulas, en algunos portales como Milanuncios o Wallapop se encuentra de todo…”.

Ejemplar de hormiga argentina, considerada una especie invasora en España / EFE

Ejemplar de hormiga argentina, considerada una especie invasora en España / EFE



EL CUIDADO DE LAS HORMIGAS

Lleva 19 años criando hormigas y conoce todo lo que necesitan para estar perfectamente atendidas. Unos secretos que comparte con este diario. Para los interesados, papel y bolígrafo. Además de la ya mencionada dieta para cada una de las especies, hay dos aspectos fundamentales que son comunes en todas las familias de hormigas. Primero, un hormiguero apartado de la luz natural y preferiblemente a oscuras. El motivo, que “los rayos UVA dañan las larvas y los huevos. Su hábitat natural está en las profundidades de la tierra”. Segundo, la humedad ambiental. “Cuando escarbas, la tierra suele estar húmeda. Pues a eso están acostumbradas ellas”, detalla. Con todo esto, y sin molestarlas demasiado, asegura que las reinas pueden llegar a vivir hasta 15 años. Exactamente como un perro o un gato. ¿Alguien se anima a adoptar una hormiga como animal de compañía?