El anunciado cambio de tiempo ya está aquí. Varios frentes nubosos, como consecuencia de una lengua de aire frío en altura, cruzarán Barcelona este fin de semana y podrían empezar a dejar precipitaciones durante el sábado. El Meteocat prevé que las nubes densas se mantengan a lo largo día y que pueda empezar a llover a partir de media tarde. Las temperaturas mínimas serán de 10ºC y las máximas apenas rozarán los 14ºC.
MOVILIDAD
Normalidad en las líneas de metro, tranvía, Ferrocarrils de la Generalitat (FGC) y Rodalies. Transports Metropolitans de Barcelona (TMB) informa que el servicio de autobús de la línea V15 estará afectado por obras en la Via Augusta y quedarán anuladas las paradas 281 de paseo de Gràcia-Diagonal y 1389 de Via Augusta-Diagonal.
Además, el Servei Català de Trànsit informa de controles por meteorología adversa en la C-17 a la altura de Montcada i Reixac, tanto para entrar como para salir de Barcelona.
Por otro lado, recuerden que este es el primer fin de semana del nuevo confinamiento comarcal, y que no podrán desplazarse más allá de los límites de su comarca sin un motivo justificado.
ADIÓS AL GRUPO IGLESIAS
La crisis del coronavirus ha propiciado la caída del primer gran grupo de restauración de Barcelona. Se trata de Grupo Iglesias, que ha presentado un concurso de acreedores. La compañía familiar que regentaba los restaurantes Rías de Galicia, Cañota y Espai Kru, situados en la calle Lleida.
En cuanto a las causas de la quiebra del grupo, se indica de forma clara a las restricciones a la movilidad. La epidemia estalló en un momento en el que Grupo Iglesias estaba en pleno proceso de reestructuración. Venía de los cierres de dos establecimientos: Bobo Puplín, situado en el barrio Gòtic; y el Buenavista del Jardín del Norte en el Eixample, un establecimiento que operaban junto a la familia Messi y que nunca llegó a despegar.
Otros interlocutores próximos a la familia indican que el resto de restaurantes soportaban sin problemas las consecuencias de esta decisión, pero propició que la caja disponible en ese momento no fuera suficiente para aguantar más de un año de parálisis en la actividad en una empresa con centenares de trabajadores.
Desde el sector se quejan de que este es el gran problema de la restauración: deben soportar, con sus propios recursos de tesorería, las consecuencias del primer confinamiento y las restricciones de actividad que se han dado desde marzo de 2020. También critican que las ayudas públicas que han recibido son del todo insuficientes.