En el número 36 de la calle Bolívar, en el barrio de Vallcarca i els Penitents sobrevive una curiosa casa de una sola planta y de estilo ecléctico. Construida en el periodo de 1911 a 1929 es una superviviente, pues ha conseguido mantenerse en pie, a pesar de que el Ayuntamiento, propietario del inmueble, decretó en 2002 la Afectación de las fincas de esta calle por la modificación del Plan General Metropolitano en Vallcarca para la construcción de una vía verde. Y ahí resiste la casa, rodeada de solares donde ya no queda nada por recordar, aunque su salud, se resiente visiblemente.
Los años y la dejadez no perdonan. Está en un estado de deterioro evidente, pero no por ello deja de llamar la atención. El arquitecto que la diseñó tuvo que lidiar con la pendiente de la calle, de manera que la casa presenta más altura de una parte que de otra y se nivela con un semisótano bajo las dos enormes ventanas en forma de falsos balcones.
DECORACIÓN ORNAMENTAL
Presenta una decoración a base de pilastras que imitan sillares, con relieves que imitan la forma de un diamante. Sobre estos, cuatro estatuas de niños desnudos –los genitales tapados con una pequeña hoja– y con gesto desenfadado sostienen las ménsulas de la cornisa. Y entre cada uno de ellos, un medallón con la cabeza de un perro tallada en piedra. Corona la casa una amplia terraza decorada con una llamativa barandilla de piedra calada que imita formas vegetales.
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