Un grito contra la guerra civil

En un extremo del barrio de la Clota, en el distrito de Horta-Guinardó, se alza una réplica del Pabellón de la República, obra de los arquitectos Josep Lluís Sert y Luis Lacasa, que se construyó en París para representar a España en la Exposición de 1937.

Es un edificio singular y simbólico. Por una parte, fue un hito arquitectónico de la época por su estilo racionalista, en línea con las vanguardias del momento. Y, por otra, un grito al aire contra la Guerra Civil que asolaba España en aquel momento: representaba al régimen constitucional republicano, de manera que sirvió como instrumento informativo en busca del apoyo de las potencias aliadas a la liberación de España frente a la sublevación del ejército.

En él se exhibieron obras tan destacadas y comprometidas en contra de la situación política del momento como el Guernika de Picasso o El Segador de Miró. Y Luis Buñuel, nombrado coordinador de Propaganda al Servicio de la Información de la embajada española en París, se encargó de la producción audiovisual.

LOS JUEGOS OLÍMPICOS

Con motivo de los Juegos Olímpicos de Barcelona en 1992, los arquitectos Espinet y Ubach hicieron una réplica exacta. Para ello, utilizaron los mismos materiales precarios -circunstancias de la época- que en la construcción original de los años 30 y dejaron el edificio tal y como fue concebido: como un contenedor vacío de tres plantas y casi sin paredes. Los compartimentos interiores quedan encerrados con estructuras metálicas de cristal en la primera planta y de fibra de cemento, en la segunda. Sobriedad y armonía para un edificio enmarcado en el racionalismo arquitectónico de la época.

Actualmente, el edificio alberga uno de los archivos-biblioteca más importantes del mundo sobre la Segunda República, la Guerra Civil, el exilio, el franquismo y la transición española. Cuenta además con un fondo importante sobre sovietismo y sobre historia política internacional del siglo XX, especialmente relevante en relación con la Segunda Guerra Mundial.

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