En tiempos de pandemia como los actuales, el papel de la sanidad privada es imprescindible. El coronavirus ha puesto a prueba al sistema sanitario público, cuya presión ha alcanzado niveles desorbitados. El colapso ha sido absoluto, pero si la situación se ha podido sobrellevar ha sido gracias a los centros privados.

Las camas de estos hospitales catalanes, muchos de ellos en Barcelona, acogieron a numerosos pacientes que ingresaron en planta y en las UCI. Además, el sistema público de la comunidad derivó a unos 3.000 usuarios que padecían otras enfermedades a clínicas privadas tan solo durante la primera ola.

El reto actual para frenar el avance del virus y revertir la situación sanitaria pasa por la vacunación. Lograr la inmunidad de rebaño es condición sine qua non para aligerar la presión hospitalaria y reducir los contagios. Y, aquí, la privada también tiene mucho que decir.

VACUNACIÓN EN MADRID

La Comunidad de Madrid ha dado un paso fundamental para acelerar la vacunación. La Consejería de Sanidad ha dado luz verde a que los madrileños puedan inmunizarse en hospitales privados, según ha informado Sanifax.

La orden de la Consejería indica que "la vacunación frente al COVID-19 constituye actualmente la única alternativa para superar a corto y medio plazo la actual emergencia sanitaria". Al mismo tiempo, alerta de que "el estado actual de la estrategia de vacunación en la Comunidad requiere disponer de la capacidad de determinados centros sanitarios privados y de su personal para el desarrollo de la campaña de vacunación".

El objetivo, según reza el documento, es "que se permita aumentar la capacidad de inoculación de dosis y lograr una mayor eficiencia de los medios disponibles para ello, dado lo primordial que resulta la necesidad de agilizar dicho proceso para superar la emergencia sanitaria".

SOLUCIÓN ANTE EL COLAPSO

Barcelona está colapsada. La aplicación desarrollada por Salut que permitía pedir cita para la vacunación ha desbordado, lo que afectará al plan de inmunización y pone en evidencia la carencia de medios para inocular el mayor número de dosis en el menor tiempo posible.

A diferencia de lo aprobado en Madrid, donde clínicas especializadas de ámbito privado acelerarán el proceso en óptimas condiciones sanitarias, el Govern no se atreve a dar un paso que puede salvar vidas. Cataluña ha apostado por la apertura de lugares de vacunación masiva, como el Camp Nou. Pero en la capital catalana ha quedado demostrado que no es suficiente. El colapso es evidente, tanto como que una sanidad privada que ha dado lo mejor de sí en los momentos más difíciles es el mejor aliado.

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