En la parte alta de La Clota, en el distrito de Horta-Guinardó, parapetada tras un jardín exterior, se encuentra la Torre Jussana. La casa ocupa el lugar del antiguo Mas Soler, y debe su nombre a una torre de defensa que no ha sobrevivido al tiempo. La casa pasó a manos del monasterio de Sant Jeroni de la Vall d'Hebron, en 1644. Según la documentación que se conserva, en el siglo XVIII fue arrendada a la familia Gausachs y, en 1798, vendida a la familia Milán, una familia de comerciantes, en un gran lote junto con la Granja Vella.

El edificio actual, construido hacia 1925, es una casa señorial de estilo neoclásico afrancesado, apenas visible desde la entrada, en la avenida del Cardenal Vidal i Barraquer, 30. Para acceder a esta mansión de tres plantas, hay que atravesar un gran jardín de pinos centenarios en el que destaca un embalse de agua alimentado antiguamente por una mina de agua de la zona. Una suntuosa escalinata se despliega a ambos lados para dar acceso a la puerta principal, enmarcada entre dos columnas clásicas que soportan un porche semicircular vacío, presidido por un ostentoso jarrón de flores con dos cabezas de animales fantásticos.

PATIO CON VISTAS DE BARCELONA

En la parte trasera, la casa tiene un enorme patio con increíbles vistas de Barcelona desde donde se divisa el mar. En total, 700 metros cuadrados de jardines y patios a los que hay que añadir otros 1.000 construidos. Con todo, la Torre Jussana constituye uno de los mejores ejemplos de casas construidas por las familias acomodadas barcelonesas a las afueras de la ciudad durante el siglo XIX.

Durante buena parte del siglo XX, la Torre Jussana se utilizó como masía, hasta que, en 1979, se instaló la escuela Nostre Temps, donde se impartió educación infantil y EGB hasta 1988. Desde 1992 es de titularidad municipal. Ese año, el Ayuntamiento compró la finca e instaló en ella las oficinas de la Olimpiada Cultural. En 1995 se convirtió en sede de la Agència de Serveis a les Associacions hasta que, en 2003, el mal estado del edificio obligó a su desalojo. El consistorio inició entonces un proceso de rehabilitación de la Torre Jussana que concluyó en 2008 con su reapertura como Centre de Serveis a les Associacions. En el año siguiente tocó reformar los exteriores y, en septiembre de 2009, se inauguró el equipamiento totalmente rehabilitado.

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