Nadie puede discutir que la gastronomía italiana es reconocida mundialmente como una de las más exquisitas. La pasta y la pizza son dos de sus emblemas, lo primero que a muchos les viene a la mente cuando piensan en su cocina. ¡Pero hay mucho más! De los sabrosos platos de risotto y el tradicional ossobuco, pasando por el delicioso postre de tiramisú y yendo a parar al refrescante gelato. Todo esto y mucho más lo encontrarás también en esta lista en la que aparecen 12 de los mejores restaurantes italianos de Barcelona.
LE CUCINE MANDAROSSO
Al girar la esquina después del Palau de la Música Catalana, en el número 4 de la calle Verdaguer i Callís, este pequeño pero acogedor local se ha convertido en uno de los restaurantes italianos indispensables de la ciudad. Regentado por Pietro Leonetti, Le Cucine Mandarosso abrió en 2008 y desde entonces no ha dejado de atraer a más y más clientes. La lasaña, los ñoquis y la stracciatella con speck son solo algunos de los platos que hacen las delicias de sus clientes. No sirven pizzas pero nadie las echa en falta. Los platos son abundantes y los productos principalmente importados de Italia. Para acabar, los postres caseros son otra de sus señas de identidad. El precio medio, entre 25 y 30 euros por comensal.
BACARO
Una taberna veneciana en el corazón de Barcelona, Bacaro se encuentra en la calle Jerusalem número 6, junto al Mercat de La Boqueria. Alfredo Rodolfi, Maurizio de Vei y Pablo Rodríguez están al mando de un negocio que en la cocina tiene nombre propio: Marco Filipponi. Él es quien elabora los passatelli con múrgulas y trompetas de la muerte; la pappardella con ragú alla genovese y queso pecorino; y los ñoquis al pesto y crema de burrata que lo han situado como uno de los must en los rankings de italianos en la capital catalana. Otras tantas especialidades de la carta cambian según la temporada. Entre los postres, triunfa la panacotta de yogurt y chocolate blanco con avellanas, crujiente de chocolate negro y arándanos y la pastiera napoletana con helado de vainilla. El precio medio para comer aquí es de entre 30 y 35 euros por persona.
XEMEI
De nuevo, un veneciano. Aunque poco tiene que ver Xemei con ningún otro que haya en Barcelona. Situado en el 85 del paseo de l’Exposició, en el barrio del Poble-sec, este restaurante destaca por su glamour y creatividad en los platos, que llevan un paso más allá la sensación placentera en el paladar. Su nombre significa “gemelos”, que es lo que son la pareja de hermanos que lo regenta, Stefano y Max Colombo. Los bigoli en salsa veneziana, a base de anchoas y cebolla dulce, el hígado de ternera (también a la veneziana) con polenta o el pulpo a la plancha con berenjena son solo tres de los platos típicos que ellos preparan y que os llevarán a la osteria más selecta de la mismísima Venecia. Para comer aquí, cada persona pagará entre 40 y 45 euros de media.
BENZINA
Este antiguo taller de coches del número 6 del pasaje de Pere Calders (Sant Antoni) fue el elegido por el dúo que conforman Badr Bennis y Nicola Valle para su curiosa trattoria, que es también una suerte de coctelería neoyorquina como las que hay en Brooklyn. Se puede empezar con un antipasti como la sepia confitada o el crudo de lubina, para seguir con uno de los seis platos de pasta de la carta: espaguetis a la carbonara, raviolis de ricota y estragón y garganelli romagnoli son algunas de las especialidades. También hay opciones de carne y pescado. Todo, si lo desean, para terminar con un cocktail de la casa a ritmo de rock and roll. Si finalmente desean una copa, el precio medio rondará los 40 o 50 euros por persona.
GALÚ
Niko Scimone es el chef de este restaurante siciliano ubicado en la calle Rosselló 290. Para descubrir los sabores de su isla –la más grande del Mediterráneo, por cierto–, que ofrece algunos de los platos más singulares de la gastronomía italiana, este cocinero recomienda la caponata con berenjenas en agridulce; el pappardelle alla norcia con salchichas, trufa negra y nata; las alcachofas con pesto y pecorino o el melanzane alla parmigiana. Para terminar no puede faltar el cannolo siciliano relleno de ricota aromatizada con vainilla, chocolate, pistacho y vino dulce de Marsala. Comida tradicional, como la de la nonna, por un precio medio de entre 25 y 30 euros.
MASSIMO
De un siciliano a un sardo, Massimo Pascucci tiene un restaurante con su mismo nombre en el 217 de la Via Augusta. Junto a sus socios Simone Brignola (Milán) y Enrico Marcolongo (Verona) elaboran los platos más típicos de todo el país transalpino, que por algo cada uno de ellos viene de una región distinta. Aunque una sección de la carta está dedicada únicamente a las “delicias de Cerdeña”. Son un acierto los taglioni con bogavante. También triunfan los pappardelle al ragú de ciervo, los casarecce alla Norma con berenjena, tomate y ricota y los linguine alle vongole (con almejas) e Bottarga. Exquisito. Y todo por un precio que ronda los 35 o 40 euros por persona.
LA BALMESINA
Para deleitarse con las pizzas más ricas, nada como este establecimiento gourmet de la calle Balmes 193. Suele decirse que el secreto está en la masa, y en este caso es exactamente así. En concreto está en el agua que Massimo Morbi, Alessandro Zangrossi y Mattia Ciresola usan para hidratarla. Margarita, Cuatro Quesos, Diavola… todas de masa madre con harina ecológica y de larga fermentación. Por algo es una de las dos pizzerías de Barcelona que se han colado en la lista de las 50 mejores de toda Europa, según el portal italiano 50 Top Pizza (la otra es Madrelievito, en la calle Llacuna 1). Precio aproximado, entre 20 y 25 euros por comensal.
CAN PIZZA
Can Pizza, que cuenta con un local en la Sagrada Familia y otro en Poblenou, se ha convertido en una referencia en la ciudad por su perfección en "el arte de la masa". ¿Su secreto? Las masas, que se fermentan durante 72 horas para conseguir "la textura perfecta".
Las pizzas se hacen en el tradicional horno de leña, ya que sus pizzaiolos, Lorenzo Voturni y Marco Samonardi, siguen los pasos de la histórica cocina italiana. Cuentan con una gran variedad de combinaciones y sabores para conquistar a los paladares más exigentes. Además, en un certamen organizado por Madrid Fusión Alimentos de España by DO Rueda, la pizzería ganó la distinción a la Mejor Pizza Estilo Libre. Comer aquí cuesta unos 15 euros por persona.
LA PATSA LAB
Es el número uno en TripAdvisor, una de las webs de reseñas por excelencia. En el 94 de la Calle Casanova, este “laboratorio” gastronómico se ha convertido en la Meca de los amantes de la mejor pasta fresca y hecha a mano, como manda la tradición. El taller está a la vista, para los que quieran recrearse observando cómo trabajan. La burrata affumicata su letto di valeriana , los triangoli di baccalà con calce e porro o la lasaña ai porcini de Espe y Julià son algunos de los platos que triunfan. Productos de la más alta calidad que aquellos que los prueban recompensan con las mejores valoraciones en internet. Un cinco sobre cinco, la puntuación más alta. Comer aquí cuesta unos 25 euros por persona.
MADRELIEVITO
El restaurante Madrelievito, ubicado en el número 1 de la calle de la Llacuna, aparece en la 28ª posición de la lista del portal italiano 50 Top Pizza. Esta pizzería barcelonesa se caracteriza por la elaboración de pizzas tradicionales napolitanas con masa madre, y también dispone de un horno de leña para su preparación.
Al margen de sus pizzas, el negocio elabora toda su oferta artesanalmente. El comensal también podrá disfrutar de diferentes tipos de pasta y pan con firma propia, en un local que trata de recrear un ambiente que busca transportar al cliente hasta Nápoles.
Además de este local, la compañía cuenta con un segundo restaurante en Sant Martí (calle dels Almogàvers, 148), y con un tercer establecimiento en Sants-Montjuïc (calle de la Creu Coberta, 105). El precio por comensal ronda los 20 euros.
PARAL·LELO
Pero no va a ser todo pasta y pizza. ¿Quieres probar un verdadero gelato italiano? No te dejes engañar por su nombre porque no está en el Paral·lel, sino en Gràcia. Exactamente en la calle Sèneca, 18. Matteo, Marco, Francesco y Gianluca dejaron San Remo por Barcelona y en 2017 abrieron esta gelateria con las tarrinas, conos y polos más originales. De las opciones tradicionales como la vainilla, la nata o el dulce de leche, a las apuestas arriesgadas como el regaliz, el sésamo negro… o la sandía con wasabi, para los más atrevidos. Precios accesibles para merendar: un cono de una bola, dos euros. SI alguien desea una tarrina de hasta un kilo, el precio alcanza los 18 euros.
LA PASTICCERIA DI GRÀCIA
También en Gràcia, en la calle Verdi 58, está el dulce negocio de Bárbara. No es un restaurante propiamente dicho, sino que se trata de una pastelería típicamente italiana; el segundo establecimiento de esta emprendedora, que desde hace 20 años regenta también La Pizza Gràcia en la calle del Penedès. Para los amantes del dulce y los buenos postres, aquí encontrarán deliciosos panettone, cannoli de crema de pistacho, chocotala y avellanas o chocolate blanco y sfogliatelle rellenas de ricota, fruta confitada o crema con el sabor inigualable que le otorgan los maestros napolitanos. También se puede desayunar o hacer un brunch. Imposible resistirse.
¿Quién se anima a probarlos?