El Archivo Histórico de la Ciudad de Barcelona (AHCB) acabará en 2022 la digitalización de más de un millar de títulos de prensa clandestina impresa durante el franquismo, así como propaganda de la época, material que se podrá ver a partir del martes en la exposición Cuando llovían octavillas: Clandestinidad, prensa y propaganda antifranquista.
El Ayuntamiento de Barcelona [ver aquí la nota de prensa] explica que parte de esos documentos, que forman parte de su fondo documental -uno de los más importantes de Cataluña-, se han logrado con donaciones de privados, partidos, entidades y diversas organizaciones. Los títulos digitalizados se pueden consultar en la hemeroteca municipal [ver aquí].
También se están digitalizando los documentos aportados por particulares en el buzón del Archivo, o aquellos que en su día se dejaron camuflados dentro de diarios y libros de la Sala de Consulta de la entidad, en la Casa del Ardiaca de Barcelona.
Todo ese material se podrá consultar en la web del Archivo Histórico, que en estos momentos ya exhibe 180 títulos.
PUBLICACIONES DE PARTIDOS POLÍTICOS
El Ayuntamiento indica que las publicaciones de los partidos políticos suponen más de la mitad de esos fondos, mientras que un veinte por ciento proceden de asociaciones obreras. El resto tiene su origen en los movimientos universitario, vecinal, feminista, pacifista, o de los comités de solidaridad, además de agencias de información.
La mayoría de esas publicaciones se imprimieron en la clandestinidad o en el exilio, en condiciones precarias y peligrosas. La prensa clandestina fue un fenómeno creciente, que alcanzó su máxima difusión a finales de los años sesenta y en la década de los setenta. Su publicación, indica el consistorio, "posibilitó la vertebración de las organizaciones antifranquistas y de los movimientos sociales, sirvió de herramienta de agitación y propaganda, de contra información, y denuncia".
ARRESTO Y TORTURA
La elaboración y difusión de ese material supuso en muchos casos la detención de los militantes implicados, en ocasiones con violencia, tortura y con acciones penales de los consejos de guerra y del Tribunal de Orden Público desde 1963.
El final de la guerra, en 1939, supuso la desaparición de cabeceras de prensa de la oposición, muchas de las cuales fueron confiscadas por los franquistas. Algunas tuvieron continuidad en el exilio o en la clandestinidad, pero al final del franquismo vivieron una revitalización.
El Ayuntamiento subraya que toda esta documentación constituye "una fuente histórica de primer orden para el estudio de la historia del periodo franquista y de los grupos clandestinos" así como de la propia prensa clandestina antifranquista.