Son las 13.15 horas de un domingo cualquiera de noviembre. Hace sol y sopla un viento frío que recuerda que el invierno está a la vuelta de la esquina, pero ese no parece ser motivo de peso para suspender una mañana de juegos: un grupo de niños y niñas de diferentes edades juegan al fútbol en las instalaciones deportivas que se ven desde la terraza del santuario de Sant Josep de la Muntaya. El terreno pertenece a la parte trasera de Can Tusquets, actualmente una continuidad del asilo de niños huérfanos a cargo de las hermanas del santuario.
La algarabía de la parte de atrás contrasta con la tranquilidad y el silencio que reina en la parte delantera del edificio, en la Travessera de Dalt, 61, en Gràcia, una antigua masía de estilo barroco, construida en 1793, según la inscripción del reloj de sol que preside la fachada principal. Es de planta rectangular, con planta baja, dos pisos y buhardillas, y está coronada con una sinuosa cornisa típica de muchas masías del siglo XVIII.
CENTRO DE ACOGIDA NEOCLÁSICO
En la plata baja, con esgrafiados que reproducen sillares, presenta tres aperturas: dos puertas con un arco rebajado y una ventana adintelada a la izquierda. En las plantas superiores, cuatro columnas jónicas esgrafiadas le otorgan un aspecto de estilo neoclásico. En la parte superior los esgrafiados reproducen una espectacular guirnalda con motivos florales. Presidiendo la cornisa sinuosa de estilo barroco, destaca el reloj con el año de construcción esgrafiado y decorado con una orla de motivos vegetales y de influencia modernista. En 1992 se restauraron los esgrafiados y el reloj y se volvieron a pintar los muros del color verdoso original.
Can Tusquets era originalmente una masía rodeada de tierras de cultivo que, con el paso del tiempo, pasó a tener una función residencial. Hasta que, en los años 30 del siglo XX, las monjas de Sant Josep de la Muntanya adquirieron la propiedad para destinarla a residencia benéfica. El centro, que acoge a unos 60 niños y adolescentes tutelados por la Generalitat, alza la voz para gritar: “¡¡No a la apertura que divide los hogares!!”.
DISCREPANCIAS CON EL AYUNTAMIENTO
Es la reivindicación del centro ante la intención del ayuntamiento de unir la calle Maigmón con la calle Mare de Déu de la Salut, mediante una calle peatonal por los jardines de Can Tusquets. Una solución que, según la página web del Santuario de Sant Josep de la Muntanya “afecta notablemente la organización y funcionamiento del día a día de dichos hogares”, al dejar pasar libremente a personas ajenas al centro.
--
Descubre más curiosidades y rincones de Barcelona en la cuenta de Instagram @inmasantosherrera [link directo]