Barcelona no ha visto un año tan seco desde el 1835. Son datos del Servicio Metereológico de Cataluña, que afirma que hace falta remontarse casi dos siglos atrás para presenciar una sequía tan fuerte como la que vive la capital catalana desde hace meses. El Observatorio Fabra, que empezó a recopilar datos meteorológicos en 1914 cerró el mes de diciembre como el más seco, con apenas dos litros por metro cuadrado recogidos antes del puente de la Constitución. El dato es tan solo el 53% de lo que suele llover en un año normal y suponen 18,2 litros por metro cuadrado menos que en el 2015, cuando se batió otro récord.
En lo que llevamos de mes, Barcelona tan solo registró precipitaciones durante el mes de octubre, cuando se acumularon entre 20 y 30 litros por metro cuadrado, dependiendo del barrio. Muy lejos de los 90 litros por metro cuadrado que suelen caer de media en octubre en la capital.
MES DE ENERO SECO
Tras un mes de enero anormalmente seco en Barcelona, en el que tampoco ha llovido prácticamente en el resto del área metropolitana, los mapas meteorológicos pronostican que la sequía se alargue también durante el mes de febrero.
La situación es especialmente preocupante porque en otoño, la época más lluviosa del año, apenas llovió. Y de hecho no lo hace con intensidad desde la primavera de 2020. Algo que alarma por dos motivos. El primero, que los bosques barceloneses están cada vez más secos, por lo que el riesgo de incendio incrementará a medida que se acerque el verano. El segundo, que los pantanos están más vacios de lo que es habitual en un mes de enero, debido a que en el resto de Cataluña las precipitaciones también han sido escasas.