Estuvo a punto de ser vendida y derribada en varias ocasiones a lo largo de los años 90 del siglo pasado. Pero la insistencia de las reivindicaciones vecinales y de la familia de su antiguo propietario, por una parte, y el apoyo de historiadores y arquitectos de Barcelona, por otra, detuvo la demolición prevista. Y el Ayuntamiento asumió su conservación y su integración en el nuevo edificio del centro cívico en el que se convirtió en marzo de 2018.

LUGAR DONDE SE DESCUBRIÓ EL PLANETA HISPANIA (804)

Originalmente, era una torre aislada de planta baja con una parte de semisótano, situada entre las calles de Saragossa, número 29, y la Via Augusta, número 102-104. En total, una finca de 914 metros cuadrados con un jardín de 724 metros cuadrados que rodeaba la casa. Es una construcción sencilla, pero representativa de su época, con detalles de estilo neoclásico en puertas y ventanas y en los elementos decorativos de cornisas y barandillas. En la entrada principal, una escalinata conduce a la terraza balaustrada, con barandilla esculpida en piedra. Dos leones coronan los dos pilares al pie de la escalera. Sí, siempre tuvo más valor sentimental o emotivo que arquitectónico.

Bienvenido Comas, padre de Josep Comas i Solà, le encargó en 1868 al arquitecto Magí Rius i Taulet la construcción de su residencia familiar en unos terrenos adquiridos tras la aprobación de la urbanización de la zona en 1867. Su hijo, Josep Comas, regresó a su casa natal en 1899 ya casado y se instaló en ella. Él la bautizó como Villa Urània, en homenaje a la novela de Flammarion, que a la vez toma su nombre de la musa de la astronomía. No es extraño viniendo de un astrónomo que además fue el primer director del Observatorio Fabra. Comas instaló en la azotea un telescopio refractivo de 156 milímetros de apertura con una cámara fotográfica adosada. Desde allí descubrió, en 1915, el planeta Hispania (804), el primero de toda la serie de astros que hallaría más tarde.

Fachada de Villa Urània vista desde la calle / INMA SANTOS

DE OBSERVATORIO A PARVULARIO

El astrónomo vivió en la casa hasta su muerte, en 1937. El año anterior lo cedió en testamento, junto con todo su instrumental, a la ciudad de Barcelona, con una condición: convertirlo en observatorio popular, grupo escolar o institución cultural. Villa Urània pasó a ser propiedad del consistorio en 1956, cuando murió su viuda. El observatorio se desmontó el 1963. Entre los años 1965 y 2010 el edificio se dedicó a parvulario de la Escuela Municipal Reina Violant. Luego, llegó la lucha por su supervivencia. Y la musa de la Astronomía ganó la partida.

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