Después de más de dos largos años, el mundo parece estar emergiendo de esa etapa surrealista que, pese a no haber terminado todavía, da señales de ofrecernos una especie de tregua. Es difícil creer que las cosas volverán al punto en que estaban justo antes de la pandemia, pero son ya lejanos los días en que nuestra vida se reducía a unos metros cuadrados. Esta experiencia, en mayor o menor medida, nos marcó a todos, y también se ha plasmado en un gran número de manifestaciones artísticas. Fins que el confinament ens separi, la exposición a la que nos referimos a continuación, es un claro ejemplo de ello.
Mediante distintas fotografías, se construye una poderosa narración que muestra la cotidianidad de una pareja que, a principios de 2020, tuvo que permanecer en su hogar durante tres meses. En ese extraño periodo afrontaron el miedo a lo desconocido y la incertidumbre. Dicho reflejo del confinamiento transporta a los espectadores a una época de aislamiento, en que la única vía de contacto se establecía a través de instrumentos tecnológicos. El lugar de residencia se abandonaba de forma puntual… y ese solo era el comienzo.
EL IMPACTO DE LA PANDEMIA, A TRAVÉS DE LA FOTOGRAFÍA
Para muchos, esas semanas en las que las fechas se confundían por su carácter monótono, les sirvieron para conocerse a sí mismos en profundidad. Para otros fue el momento idóneo para pasar tiempo con las personas con las que convivían, como se aprecia en las imágenes de la exposición. La casa actúa como una entidad más, encargándose de contener antiguas y nuevas vivencias para sobrellevar un impacto psicológico sin precedentes. Enfocada con humor, sinceridad, originalidad y empatía, la propuesta retrata unas circunstancias que nunca creímos que pudieran ocurrir.
El proyecto no puede hallarse en un marco mejor, puesto que el Centro Cívico Pati Llimona del barrio Gòtic lleva más de treinta años apostando por la cultura, abarcando desde el sector audiovisual hasta la música o la fotografía. A partir de muestras, conciertos, talleres y muchas otras actividades, permite que tanto artistas consolidados como jóvenes promesas puedan acercarse al público local, que a la vez tiene la oportunidad de admirar sus trabajos. Hablamos de una tarea muy necesaria, ya que es importante hacer llegar este tipo de iniciativas a la gente sin imponer barreras o diferenciaciones de ninguna clase.
HORARIOS Y ENTRADAS
Fins que el confinament ens separi es obra de la autora barcelonesa Joana Casas Poves, quien busca acercar su realidad a aquellos que quieran disfrutar de su arte. Tras haberse expuesto en Vic y en Platja d'Aro a lo largo del pasado año, llega a la Ciudad Condal para deleitar a sus asistentes. La propuesta puede visitarse de manera gratuita en las instalaciones del Centro Cívico Pati Llimona, concretamente en la Sala Montserrat Roig, hasta el lunes 25 de abril. El horario es de lunes a viernes de 9.00 horas a 22.00 horas y los sábados de 10.00 horas a 14.00 horas y de 16.00 horas a 20.00 horas. ¡Seguro que no os dejará indiferentes! Para obtener más información podéis consultar la página web oficial del centro.