Yo, América: la guerrera indígena de Bon Pastor

Un torso femenino de grandes proporciones recibe y despide el tráfico que cruza el puente de Can Peixauet, que une Barcelona con Santa Coloma de Gramenet, cruzando el río Besòs. Justo en la rotonda donde confluyen la calle de Potosí con el paseo de Guayaqui, se alza orgullosa Yo, América, una escultura en plancha de acero pintada de un llamativo color rojo, realizada por el artista mexicano Alberto Cavazos.

Yo, América es en realidad una reproducción de otra obra exactamente igual del mismo artista que se inauguró en Monterrey (México), en 1993. Dos años después, se instaló en Barcelona esta réplica donada por Cavazos para celebrar la hermandad entre ambas ciudades.

¿FIGURA FEMENINA O ABSTRACTA?

La pieza, una esquemática silueta femenina de cinco metros de altura y cinco toneladas de peso, representa a una mujer guerrera de los pueblos indígenas que habitaban en el norte de México. Esta enorme chichimeca mira en dirección al mar siguiendo en paralelo al curso del Besòs. Si se observa frontalmente, se distingue muy bien el jefe de la mujer, girado de perfil, con el gran vacío que forma la cabellera, así como los brazos y los dos cilindros que representan los pechos. A medida que se observa a escultura más lateralmente, esta pierde figuración hasta convertirse en una figura abstracta.

A la inauguración asistieron Cavazos y los alcaldes de Monterrey y de Barcelona. Y, para perpetuar en la memoria la hermandad transatlántica, se bautizó la rotonda como plaza de Monterrey. Aunque la pieza cobró especial significado a partir del 2004, cuando la ciudad mexicana tomó el relevo de la capital catalana para organizar el Fórum Universal de las Culturas.

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