Tras las redes verdes que protegen los elementos salientes de la fachada del número 248 de la calle Diputació, apenas se intuye lo que hay. Pero las esculturas de la mitología griega que quedan al descubierto en la planta baja son un toque de atención suficiente para detenerse frente a la puerta principal, cruzar a la acera de enfrente y forzar la vista.
CONSTRUCCIÓN DEL SIGLO XX
Solo así se aprecia ligeramente lo que se oculta tras esas redes: la Casa Miquel Ibarz. El fabricante del que toma su nombre compró el solar en 1901 para construir este edificio modernista de viviendas, diseñado por el arquitecto Salvador Soteras i Taberner, que se acabó de construir en 1904.
Consta de planta baja y cuatro plantas. En la cuarta se encuentran los elementos más originales: los balcones son de planta semicircular y se apoyan sobre ménsulas cilíndricas lobuladas que recogen, a modo de doseles, las aberturas de la tercera planta. En los balcones extremos de la cuarta planta, llaman la atención las tribunas de madera, también tapadas ahora. Sobre estas, aún se intuye el arranque de unos pináculos de cerámica de los que ya no queda más que el recuerdo y el testimonio de alguna fotografía antigua.
DOS DIOSES CUSTODIAN LA ENTRADA
La planta baja está formada por aberturas con arcos de medio punto decorados con motivos florales. Custodiando la puerta de entrada, los dos únicos elementos destacados que quedan al descubierto, dos dioses: a la izquierda, Hermes (Mercurio) con el casco alado y el caduceo en la mano, simbolizando el comercio, y a la derecha, Rea con su hijo Poseidón, simbolizando la navegación. En la planta principal, se reproducen otras figuras de la mitología greco-romana.
En el vestíbulo, destacan los trabajos de carpintería de las puertas y los de hierro forjado de los apliques de las lámparas, así como el esgrafiado de las paredes.
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