Nuria Amat es una escritora que mantiene una enorme vitalidad. Barcelona es su ciudad y su vida, lo que no ha sido incompatible con un conocimiento profundo de América Latina, con viajes constantes por razones personales y profesionales. Tampoco ha evitado Madrid, ciudad en la que vivió en un breve tiempo hace unos años, justo en el momento más complicado del proceso independentista. Ahora ha publicado Memorias de una mujer libre, (La esfera de los libros), un libro en el que no se calla nada y donde deja constancia de que hubo una época en la que Barcelona era la capital más amada por los latinoamericanos que viajaban a Europa. ¿Qué ha pasado? “En Latinoamérica atrae más Madrid, Barcelona parece moribunda”, asegura, en larga conversación con Metrópoli.

La autora de El sanatorio (ED), uno de los libros más profundos sobre el proceso independentista con los escritores preferidos de Amat como protagonistas, de libros como Reina de América o de Amor y Guerra, tiene claro que Barcelona necesita ahora “un cambio”, y que está involucrada en un movimiento cultural que buscará influir en esas transformaciones en los próximos meses. Su implicación ya se reflejó en las anteriores elecciones, desde la entidad Sociedad Civil Catalana y con el ánimo de apoyar la candidatura de Manuel Valls a la alcaldía de la ciudad. “Me dijeron que era la musa de Manuel Valls, pero el hecho es que lo conecté con todo el mundo cultural, a partir de la petición que me hizo Josep Ramon Bosch”, asegura, sin discutir que aquella operación no fructificó. “Falló la campaña, la respuesta de la ciudad y quizá hasta el nombre, porque Barcelona pel Canvi recordaba mucho a Ciutadans pel Canvi, de Pasqual Maragall, y puede que no fuera muy conveniente ese paralelismo”, asegura Amat a Metrópoli desde los jardines del Hotel Alma, en Barcelona.

¿Y ahora, a un año de las elecciones? ¿Qué debe hacer ese mundo cultural, el que apostó por Valls en 2019? Amat asegura que, “desde un punto de vista independiente y junto con otras personas, lo que se pretende es recuperar Barcelona, no como era antes, pero mejor a la de ahora. Esta ciudad recibía a mucha gente, a ciudadanos de América Latina. Era un ir y venir constante, y ahora no puedes moverte por la ciudad, es la ciudad de los obstáculos”. Con ello, Amat critica la gestión de la alcaldesa Ada Colau y el urbanismo táctico, a la vez que critica un cierto aislamiento de la capital catalana. 

Portada del libro de Nuria Amat

En sus memorias, habla de su autoritario abuelo, Frederic Amat, ligado a la Lliga Regionalista de Francesc Cambó; de su bisabuelo, Josep Espasa, el que impulsaría la Enciclopedia Espasa-Calpe, y de sus vivencias --no muy positivas-- familiares con sus dos hermanos. Lo que aparece en las páginas de Memorias de una mujer libre es la ciudad de Barcelona y un profundo amor por la literatura. Cuenta cómo en el curso de Filosofía y Letras, en la Universidad de Barcelona, proliferaban a mediados de los años setenta los estudiantes latinoamericanos, y cómo la ciudad fue elegida por los que, después, serían los escritores del Boom latinoamericano, expresión que acuñó José Donoso. Vivieron García Márquez, Vargas Llosa o Bryce Echenique, entre muchos otros, cobijados por la agente literaria Carmen Balcells, de quien Amat cuenta cosas extraordinarias.

Una ciudad en la que se podía cerrar un restaurante y cenar dos o tres veces a la espera de que llegara, desde Madrid, Carlos Fuentes y su mujer. Y donde se respiraba libertad y creatividad.

Nuria Amat, escritora posa para 'Metrópoli Abierta' / LENA PRIETO (MA)

Nuria Amat, sin embargo, no habla de nostalgia ni diferencia entre buenos y malos. Por ello, considera que la gestión de los comunes en Barcelona ha sido “muy dañina”, con la duda de saber qué hubieran hecho los independentistas. Aunque Valls, la apuesta de Amat, facilitó la investidura como alcaldesa de Colau, en perjuicio del republicano Ernest Maragall, la escritora se pregunta por lo que hubiera hecho ERC. “Tal vez no se hubieran cargado tanto la ciudad y hubieran aplicado el famoso seny”, sentencia.

"SOLO ME QUEDA VARGAS LLOSA"

Al mismo tiempo, también hay decisiones acertadas. Una de ellas es el nombre de la biblioteca en el distrito de Sant Martí que se acaba de inaugurar, Biblioteca Gabriel García Márquez. “Es una alegría, tal vez se debía haber hecho antes, pero hay que felicitarse, aunque me recuerda que ya no vive, como tantos otros amigos que han fallecido. Solo me queda Mario Vargas Llosa”, afirma Amat.

Nuria Amat comparte su visión con 'Metrópoli Abierta' / LETRA PRIETO (MA)

El problema es la falta de liderazgo, a juicio de Amat, que impide poner en marcha un proyecto ambicioso de ciudad. “Tenemos necesidad de un líder o de una líder en Barcelona. Yo ahora veo al PP, que ha logrado con Feijóo un proyecto distinto. Es cierto que es difícil ponerse al frente. Yo viví las campañas con Pasqual Maragall y hay que decir que lo hizo fantástico, que se acercó a la gente y se rodeó de grandes profesionales a los que hizo caso”.

"YO ME QUEDO EN BARCELONA"

Tenemos necesidad de un líder en Barcelona, mira ahora con el PP, con Feijóo, necesitamos un líder o una líder para Barcelona. Es difícil porque se han ido unos cuantos; viví la campaña de Pasqual; lo hizo fantástico, se acercó a la gente y se rodeó de grandes profesionales a los que hizo caso".

Pero, el desencanto de Amat no le ha llevado a dejar la ciudad. “Hay muchos que se han ido a Madrid. Yo no. Viví un breve tiempo, cuando escribía El Sanatorio, pero en Barcelona tengo mi biblioteca, que es muy importante para mí. Y creo que me toca estar aquí”, sentencia, a la espera de poner en marcha esa voz cultural colectiva de cara a las elecciones municipales de mayo de 2023. Queda un año.

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