El termómetro gigante de Can Cottet vuelve a funcionar tras pasarse los tres últimos años cubierto por una lona. El emblemático símbolo de la ciudad, ubicado en el número 40 la calle Portal de l'Àngel, vuelve a funcionar después de que el edificio hubiera estado en reformas por mantenimiento.
Como ya adelantó Metrópoli, el termómetro fue cubierto hace ya tres años tras hacerse efectivo el traspaso del inmueble, que pasó de manos de la familia Cottet, propietarios y dueños de la óptica Cottet, a un fondo de inversión con sede en Valencia.
El Ayuntamiento de Barcelona ultimaba la puesta a punto del complejo, que ahora pasará a ser de uso comercial, con tiendas y oficinas en su interior, para el mes de julio. Ha llegado con un ligero retraso de algo menos de dos semanas. No obstante, este icónico termómetro de dos toneladas de peso y 22 metros de longitud vuelve a estar en marcha.
EL SEGUNDO MÁS GRANDE DE EUROPA
"El termómetro Can Cottet está protegido y el compromiso de la actual propiedad y el Ayuntamiento de Barcelona es que no se perdería, ya que forma parte del catálogo de establecimientos emblemáticos de la ciudad. Nos sentimos orgullosos de ver cómo vuelve a funcionar, forma parte de la ciudad, de los vecinos y del turismo, tiene una historia que debe recordarse y darle el valor que merece", ha explicado el vicepresidente de Cottet y presidente de la Asociación de Comerciantes del Portal de l'Àngel, Alex Cottet.
Cottet ha detallado que el termómetro, que fue el más grande de Europa durante muchos años -hasta que otro termómetro en Copenhague le quitara el trono- fue un regalo de su familia a la ciudad por el buen recibimiento cuando los Cottet, provenientes de Francia, se asentaron y abrieron su negocio en la capital catalana a principios del siglo XX.