Se le conoce como el ME, un nombre muy breve, demasiado para una presencia tan enorme: 120 metros de altura y 29 plantas. Emerge justo en la confluencia de la avenida Diagonal con Pere IV como un gigante plateado, con su “piel” de aluminio brillante y su original diseño arquitectónico: un titán desafiando al espacio. 

Construido en 2007 por Dominique Perrault, el mismo arquitecto que diseñó la Gran Biblioteca de Francia, en París, el Melià Barcelona Sky (ese es su nombre completo),  es el segundo hotel más alto de la ciudad, después del Hotel Arts (154m). El proyecto fue todo un reto por partida doble: su ubicación y su diseño.

Se levantó en una zona en total transformación entonces, marcada totalmente por un pasado industrial aunque con un futuro mirando hacia el sector servicios y el turismo. Con todo, el proyecto nacía bajo la influencia de un nuevo concepto urbanístico. A saber: la ciudad puede leerse en «clave horizontal» siguiendo las reglas geométricas del plan Cerdà, pero también como una ciudad vertical, a través de edificios emblemáticos como la Sagrada Família, las torres de la Vila Olímpica, la Torre de Collserolla. 

Los responsables del proyecto explicaron en su momento que la base del hotel reflejaba una ciudad horizontal, mientras su cuerpo se inscribía en la ciudad vertical. Un punto de partida que no estuvo exento de complicaciones técnicas. La torre se compone de dos volúmenes pegados, una construcción "cúbica" que actúa como contrapunto y una torre de 120 metros de altura, un paralelepípedo rectangular cortado longitudinalmente en dos. Gran parte de las 259 habitaciones del hotel se encuentran edificadas sobre el voladizo, 20 metros sobre el nivel de la calle, que marca la entrada por la avenida Diagonal. 

El hotel ha sido desde el principio un reclamo para escaladores y aventureros. Así, fue conquistado por Alain Robert (13 de junio de 2017), que tardó 20 minutos en coronar la cima. Marcin Banot repitió hazaña (2 de agosto de 2018), aunque le llevó 59 minutos. En plena pandemia, en julio de 2020, el francés Leo Urban fue denunciado por intentar coronar la cima sin autorización y el 3 de abril del año pasado, el británico Goerge King fue detenido tras alcanzar la azotea sin más herramientas que sus manos.

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