Espai Palau: un almacén de tejidos con mucha melodía

No pueden negar su estilo modernista: predominio de la línea curva, perfiles sinuosos en el coronamiento y, sobre las aberturas, una marcada decoración de inspiración vegetal. Por no hablar de ese uso ornamental del ladrillo visto combinado con el estuco blanco en los ramales y en el óculo. Aunque tal vez lo que llama más la atención es la desproporción de las hojas que flanquean cada una de las naves de este curioso conjunto arquitectónico situado en el número 10-12 de la calle Ortigosa.

Es algo así como una rara avis: una de las pocas muestras de arquitectura industrial modernista que se conservan en Ciutat Vella. El arquitecto Josep Graner levantó por encargo del empresario Ignasi Coll i Portabella, gerente de la Compañía Cerillas y Fósforos, estas cuatro naves –-en el proyecto original eran cinco-- entre 1904 y 1905.

Empresario, banquero y accionista, gerente de diversas fábricas, vocal del Banco de España y de la Banca Arnús, presidente de la Compañía Transmediterránea y de Ferrocarriles del Norte… No había negocio que se le resistiera a Coll i Portabella. Y escogió a Graner como artífice de la mayoría de edificios y fábricas que levantó por todo el Eixample entre 1903 y 1912. A partir de entonces, le tomó el relevo el arquitecto Eduard Ferrés y, esporádicamente, Enric Sagnier y Francesc de Paula Nebot. Pero esto es arena de otro costal. 

ARQUITECTURA INDUSTRIAL

El caso es que Coll Portabella vendió estas cuatro naves en 1927 a Manufacturas Serra i Balet, una empresa fundada en 1913 por Jacinto Serra y los hermanos Josep y Francesc Serra i Roca. El negocio fue modificando su razón social hasta constituirse definitivamente, en 1922, con el objetivo de fabricar hilaturas de algodón y mezclas, especialmente panas. Tenían la fábrica en la calle de Begur, en el barrio de Sants y, en pleno crecimiento, adquirieron estas naves de Ciutat Vella como almacén para guardar toda su producción.

Con los años, este conjunto superviviente de la arquitectura industrial de Ciutat Vella fue la sede de la escuela de ballet de Ángel Corella, reconvertida posteriormente en escuela de idiomas. Y, desde julio de 2021, previa reforma, las cuatro naves pasaron a ampliar el Palau de la Música con una finalidad: albergar el Espai Palau, un espacio de 900 metros cuadrados destinado a los ensayos de la Escuela Coral del Orfeó Català, acoger la sede del Palau Vincles, el proyecto social del Palau de la Música. 

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