Una reciente reforma le ha devuelto su esplendor, después de años de abandono y ruina. En esta segunda vida, la Casa Narcís Puixan luce su estilo ecléctico como en sus mejores años, a finales del siglo XIX. Con entrada por el número 52 de la calle de Chapí, esta casona baja de planta baja y piso ocupa un solar esquinero con fachada también a la calle de Martí i Alsina.
El proyecto original, del arquitecto Leandre Albareda y firmado por el maestro de obras Frederic Farreras, data de 1882. Aunque en el proyecto original no se especificaban los acabados y elementos decorativos, que son precisamente los que le otorgan valor al edificio. El estuco imitando los sillares en la fachada de la planta baja y los esgrafiados del piso superior son típicos del estilo modernista, mientras que los elementos ornamentales de los dinteles, las ménsulas en la cornisa, la combinación de balaustrada y paramento macizo y el coronamiento con jarrones son típicamente eclécticos.
REFORMA POSTERIOR
Al parecer, todos estos acabados se añadieron a la vivienda en una reforma y posterior ampliación realizada en 1899 y en 1910. Concebida inicialmente como vivienda familiar, se convirtió posteriormente y durante unos años en la sede de las monjas Dominicas. Después de décadas de abandono y deterioro, la casa ha recuperado su esplendor, aunque por el camino ha perdido el enorme jardín lateral que llevaba el límite de la propiedad hasta la calle del Vent.
En los terrenos del viejo jardín se alza actualmente un moderno edificio de planta baja y tres alturas que se extiende hasta casi tocar la fachada lateral de la antigua casa. El resultado es una combinación curiosa de estilos arquitectónicos en los que se funden la antigua Horta y la más moderna y actual.
--
Descubre más curiosidades y rincones de Barcelona en la cuenta de Instagram @inmasantosherrera [link directo]