Asociaciones culturales y sellos musicales propios, con esos elmentos se define la otra Barcelona, la que no protagoniza los grandes actos masivos. En las salas alternativas de la ciudad, no solo se escucha música. También se pueden encontrar exposiciones, talleres y presentaciones. La búsqueda de la creatividad ha hecho de estos pequeños espacios centros de encuentros, de diversión e innovación.
El hecho más habitual es nacer a partir de experimentos, donde la expresión artística predomina. Entre ellas: Meteoro, Sala Vol, Màgia Roja HQ. Se trata de locales que se han constituido para hacer de Barcelona una fiesta más local, cercana y menos industrial. Son complemento de las más habiturales, como Razzmatazz o Apolo, entre muchas otras.
LA BARCELONA ‘OFF’
Clásicas y no tan clásicas, pero son muchas las salas alternativas que llenan de vida a la ciudad de Barcelona. Algunas han resurgido de las cenizas como la Sala VOL, antigua Sala BeGood. Otras, más conocidas como la Meteoro que se ha convertido en un fenómeno musical. La caracterizan por tener unos buenos amplificadores y un pequeño escenario que, a sus pies, acaba desbordado por el público.
Los templos del underground también tienen cabida en Barcelona. Estas fiestas las protagoniza Hi Jauh USB? una sala nacida como un pequeño local de ensayo en 2013. Los dueños del local no tardaron en levantar el espíritu musical y hacer de ella un espacio musical.
ASOCIACIONES CULTURALES Y SELLOS
La experimentación y búsqueda de la creatividad también forman parte de estas salas. Màgia Roja es un ejemplo de ello. La asociación y el sello es uno de sus secretos. En ella, alberga el culto a la pintura, el arte alternativo y la música experimental.
Freedonia también ha querido revestir su asociación cultural para dotarla de conciertos y performances. Además, combina casi cualquier tipo de música: soul, groove, funk, tropicales y ritmos latinos. Incluso, los clientes pueden hacer su propio concierto, ya que el local ofrece karaokes donde los asistentes pueden ser los protagonistas.
SALAS ENIGMÁTICAS
De garajes a templos musicales. El caso de Garaje 442 es una mutación del típico garaje a un espacio musical donde se puede bailar de la mano de los grupos favoritos. Hay de otras que se encuentran más escondidas, como el caso de Laut. Esta sala abre tanto viernes y sábados como club de baile. Pero también lo hace entre semana para ofrecer conciertos de vanguardia.
Sin embargo, Luz de Gas es todo un clásico de la vida nocturna barcelonesa. Aun así, tiene cabida en este listado alternativo. Destaca por su estética impresionista y su nombre que honra a la película Luz de Gas de George Cukor. La música en vivo y el ambiente con un toque decadente hacen de este espacio uno de los centros más enigmáticos de Barcelona.
Otras como Sidecar son algo más pequeñas pero también muy céntricas. Su fiesta más emblemática es Dance to the underground. Esta se celebra los viernes y sábados, y algunos de sus usuarios la definen como “una mezcla perfectamente equilibrada de indie, pop y rock de todas las épocas”. También nos comentan que la magia de estas salas es el público. Lo describen como “agradable y afín al tipo de música”. Algo que en las discotecas no resulta ser así, ya que “suelen estar masificadas a más no poder”.
LAS MENOS CONOCIDAS
Algunos usuarios optan por Moog, una pequeña discoteca de música electrónica con un público muy definido. Otros apuestan por M7 también de música electrónica, aunque ellos prefieren decir que son “la esencia underground en estado puro”. Aunque también hay una pequeña oferta para salas como Red58, una de las más jóvenes, pero perfecta para los amantes del dub, techno y house.
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