El debate sobre el cuidado del patrimonio en Barcelona vuelve a salir a la luz. Los comercios emblemáticos se han convertido en la diana de la degradación y el vandalismo. El foco del problema ahora se sitúa en la calle d'en Rauric, en el Gòtic, donde se encuentra la tienda centenaria El ingenio. Un local histórico especializado en la fabricación de artículos populares y de fiesta que ahora se ha convertido en un escaparate de grafitis y pintadas. Algunos usuarios han mostrado en las redes sociales descontento por el estado actual de esta tienda a raíz de la fotografía que ha compartido un usuario (@DavidRov82). 

Local 'El Ingenio' lleno de graffitis / RRSS (@DavidRov82)

"Es una lástima", "qué barbaridad" o "se ha desprotegido una de las casas de cabezudos y figuras de cartón más famosas de Catalunya" son sólo algunos de los comentarios que los usuarios han expuesto en las redes para demostrar su rechazo a estos grafitis. El Ingenio forma parte de la treintena de locales comerciales en desuso que el Ayuntamiento adquirió para implantar proyectos económicos o de dinamización social

PATRIMONIO DESCUIDADO 

La problemática del cuidado del patrimonio afecta a Barcelona desde hace tiempo y El Ingenio no ha sido la única víctima. Hace unos meses otro de los locales más importantes de la ciudad, El Indio, cerrado en 2014, apareció lleno de grafitis a pesar de tratarse de un edificio preservado. Las paredes y las persianas del que fuera uno de los comercios más conocidos de Barcelona también están llenos de pintadas.

La antigua tienda El Indio, del Raval, llena de grafitis a pesar de estar preservada / METRÓPOLI - JORDI SUBIRANA

La tienda forma parte del catálogo del patrimonio arquitectónico, histórico artístico y paisajístico de los establecimientos emblemáticos de Barcelona elaborado en 2016 por el Ayuntamiento. Y lo hace en la catergoría E2, establecimientos de interés, la segunda más importante.

CONCURSO PÚBLICO ABIERTO 

El Ingenio cerró a finales del 2019 pero en su interior todavía quedaban piezas antiguas de coleccionista, gigantes y cabezudos de toda Catalunya. El emblemático local abrió por primera vez sus puertas en 1838 y las cerró en 2017 por problemas económicos. Tras varios intentos y cambios de propietarios en 2016 y 2017, la tienda acabó cerrando la persiana definitivamente antes de la pandemia. En diciembre de 2021 el Ayuntamiento de Barcelona compró el establecimiento para salvarlo y preservar el mobiliario y la colección dentro del plan Amunt Persianes, junto con 35 locales más.

Recientemente, el consistorio ha abierto un concurso público para seleccionar negocios y proyectos culturales que puedan optar a este local. El plazo para presentar los proyectos estará abierto hasta el 20 de enero del 2023, con la previsión de poder adjudicar los locales antes de verano de año que viene. 

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