Comienzan las obras en los búnkers para cerrar el acceso a los visitantes por la noche

Esta semana comienzan las obras para cerrar durante las noches el recinto arqueológico de la batería antiaérea del Turó de la Rovira, en el Carmel. Se instalará una valla de dos metros de altura formada por barras de acero clavadas en el suelo de la montaña que impedirán el paso de los visitantes. Las obras buscan tienen por objetivo controlar la afluencia de visitantes que tiene este espacio, evitar que se estropeen los restos arqueológicos y preservar el descanso de los vecinos.

Decenas de personas disfrutan de la caída del sol desde los búnkers del Carmel / METRÓPOLI

Las obras durarán seis meses y cuentan con un presupuesto de 1,6 millones de euros. Aparte del cierre de las baterías antiaéreas, también se cerrará el acceso a los restos de las barracas de la zona sur. Debido a la fragilidad de los materiales, son los que están siendo más estropeados. Según la concejal de Horta-Guinardó, Rosa Alarcón, se trata de “preservar los restos arqueológicos del recinto museográfico del entorno de la batería antiaérea, evitar el deterioro del patrimonio histórico derivado del uso intensivo, al tiempo que respetar el descanso de los vecinos y garantizar la seguridad del espacio y el entorno”.

NUEVAS PUERTAS DE ACCESO 

El proyecto contempla seis puertas de acceso al interior de la batería antiaérea, manteniendo los accesos desde los diferentes frentes ya existentes. Dos de las puertas estarán situadas en las calles de Mariano Labernia y Labernia, otras dos en la zona sur, una en el camino oeste y otra en la vertiente norte, hacia el centro de información del MUHBA. Además, se creará un recorrido externo a las vallas que se mantendrá siempre abierto.

En paralelo también se inician los trabajos de un nuevo camino que conectará el camino oeste con el de la vertiente norte.