En el interior de los jardines Laribal, en la pendiente que va desde la parte más alta hasta el paseo de Santa Madrona, un felino escupe agua por la boca, agazapado bajo una arcada de piedra pómez y mecido por los acordes de una conocida canción popular: “Baixant de la font del Gat / una noia, una noia / baixant de la font del Gat/ una noia i un soldat./ Pregunteu-li com se diu, Marieta, Marieta,/ Pregunteu-li com se diu, / Marieta de l'Ull Viu”.
Además de esta pieza compuesta por Joan Amich, la font del Gat inspiró un cuplé cantado por Pilar Alonso y una comedia interpretada por Pep Santpere en el teatro Español. Tal era la popularidad de esta fuente. Pero todo tiene un por qué.
Los jardines Laribal fueron uno de los primeros de titularidad pública comprados por el Ayuntamiento en 1908. Desde principios del siglo XX, el lugar se convirtió en uno de los merenderos más frecuentados con la Font del Gat como punto de encuentro.
Entre 1916 y 1919, Jean-Claude Nicolas Forestier y Nicolau M. Rubió i Tudurí reestructuraron el jardín. Aunque Forestier dejó el proyecto por diferencias con Puig i Cadafalch, y fue Ribuió i Tudurí quien lo remató, introduciendo algunos cambios, como la renovación del espacio de la Font del Gat: de él fue la idea de hacer brotar el agua de la boca de un felino, que se encargó de esculpir en piedra Josep Antoni Homs.
UN RESTAURANTE
Existe poca información anterior al proyecto, pero según parece, en ese mismo lugar ya existía desde hacía siglos una fuente, que fue encontrada por un gato en 1855. De ahí su nombre. Su localización entre árboles era ideal en verano. Así, acabado el proyecto, los domingos por la tarde, soldados, criadas y gente de clase obrera se reunían allí para pasar el rato, charlar y bailar.
Hacia 1925, Josep Puig i Cadafalch construyó junto a la fuente un restaurante. El espacio presenta un recinto cerrado que en origen era privado y al que se accede a través de una portada con un arco de medio punto. En la parte alta un panel ovalado muestra dos gatos simétricos negros y la inscripción "1884".
El edificio, restaurado en 2002, reabrió como restaurante, aunque ahora vuelve a estar cerrado desde 2020. Actualmente aloja la sede del Centro de Estudios Olímpicos Juan Antonio Samaranch, gestionado por la Fundación Barcelona Olímpica.
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