La monotonía meteorológica, el bloqueo anticiclónico y la falta de lluvias se estaban convirtiendo en un habitual en Barcelona. De pronto, el mes de abril quiso acabar de la mejor forma: el Observatori Fabra registró más de 36 litros por metro cuadrado en dos días consecutivos durante el puente del Día del Trabajador.

Más allá de ser un episodio puntual, la llegada de un frente activo el pasado 29 de abril abriría el camino para la visita de nuevas borrascas, cuyos efectos seguimos notando con las lluvias del pasado domingo y de la tarde de este martes, 9 de mayo. Además, se prevén precipitaciones durante el resto de la semana por una llamada "corriente en chorro" o Jet Stream, un río de aire que se mueve a gran velocidad.

CAMBIO DE TENDENCIA

La atmósfera es un rompecabezas de piezas que acaban decidiendo el clima, y el tiempo, de un lugar determinado, en un período histórico, o bien en un momento concreto. El Jet Stream se encuentra en la troposfera, la capa más baja de la atmósfera, a entre nueve y 15 kilómetros de altitud. Para entenderlo mejor, se puede imaginar como una cinta transportadora de vientos que envuelve toda la Tierra a una latitud ciertamente variable, y que siempre se mueve en la misma dirección, de oeste a este.

Esta corriente tiene efectos directos sobre el clima europeo. Como curiosidad, el Jet Stream también se suele utilizar en aviación, ya que las aeronaves que vuelan con los efectos de la corriente en chorro, pueden aprovechar la velocidad de sus vientos, disminuyendo el consumo de combustible y reduciendo el tiempo de vuelo.

AFECTACIONES EN BARCELONA 

En ocasiones, el Jet Stream puede ondularse de forma muy serpenteante, lo que significa que su trayectoria no es recta, sino que presenta curvas, también llamadas meandros. Estas ondulaciones pueden tener efectos importantes sobre el clima de una determinada región, como es el caso de la ciudad de Barcelona.

Cuando el segmento de Jet Stream que ocupa la península se ondula hacia el sur, permite la entrada de aire frío en altura. Esto puede tener como consecuencia la llegada de variabilidad atmosférica y lluvias, ya que el aire frío entrante interactúa con el aire más cálido y húmedo de la superficie.

Dibujo del Jet Stream y de su dirección oeste-este / WIKIPEDIA

DORSAL AFRICANA

Antes de que empezáramos a tener los primeros movimientos atmosféricos, esta corriente en chorro permanecía impasible por encima de la península. Ninguna de sus ondulaciones traía a la capital catalana inestabilidad meteorológica; había algo que le impedía descender hasta nuestras latitudes y traernos lluvias: la dorsal africana.

Imagen de la dorsal africana entrando en la Península Ibérica con forma de cuña o bloqueo en Omega / METEOCIEL

Un fuerte sistema anticiclónico procedente de norte de África bloqueaba cualquier posibilidad de llegada de borrascas, empujándolas y obligándolas a ascender hacia el centro y norte de Europa; como si se tratara de una colchoneta que hace rebotar cualquier resquicio de inestabilidad. A las semanas, y con el debilitamiento de la dorsal africana, un primer frente consiguió barrer Catalunya, marcando una estela que más tarde desviaría y modificaría el curso del Jet Stream, creando ondulaciones en su trayectoria y trayéndonos nuevos frentes y borrascas procedentes del Atlántico que nos afectarán durante los próximos días.

Mapa de colores referente a los vientos del Jet Stream, a unos 300 hPa / METEOCIEL

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