Pedralbes esconde la ‘copia’ de la casita de Hansel y Gretel: espectacular ‘trencadís’ de colores

Podría ser perfectamente una casita salida de un cuento infantil ilustrado, como la de Hansel y Gretel, pero de chocolate blanco con Lacasitos y guirnaldas de anises y peladillas de colores. Claro que la Torre Cortés es real, una obra modernista proyectada por Salvador Valeri en 1913 para María del Rosario Cortés, y ubicada frente al monasterio de Pedralbes. Es una casa unifamiliar de planta baja y dos pisos, además de patio en la parte trasera.

La fachada principal mira al número 8 de la calle Bisbe Català y, al margen de su colorida decoración, llama la atención por su adaptación a la línea curva en este punto donde la calle se ensancha y da lugar a la plaza de Pedralbes.

DECORACIÓN DE LA CASA 

En la planta baja, ocupada por la farmacia Pedralbes, no hay decoración alguna, tal vez se eliminó al adaptarla para uso comercial. La primera planta tiene una ventana triple y otras dos individuales sobre una cornisa horizontal que separa el primer piso de los bajos, y enmarcadas y coronadas por guirnaldas de flores a base de ‘trencadís’.

Las molduras y los dinteles de todas las ventanas están decorados con elementos de cerámica circulares. La decoración se incrementa con cada altura. Así, en la planta superior destaca otra ventana triple, situada en la parte central y con arcos de medio punto. Alrededor presenta un marco en relieve y está decorada en ambos lados con un mosaico de colores con más guirnaldas y motivos geométricos.

VISTA DESDE LA PLAZA DE PEDRALBES 

El estallido de color se produce en el coronamiento, escalonado y de formas onduladas, donde destaca un mosaico de forma triangular elaborado con teselas de cerámica esmaltada y que representa un paisaje marino de olas azules, verdes y naranjas sobre fondo blanco. Como remate, una guirnalda de piedras marrones, rosas y ocres, y piezas cerámicas en forma de estrella de mar con relieve. Sobre el coronamiento, como las guindas de un pastel, destacan tres bolas de piedra, una en cada esquina, y la tercera, en la parte más alta, custodiada por dos jarrones.

Desde la plaza de Pedralbes, se puede apreciar la cubierta a dos aguas, oculta en la parte frontal por el coronamiento, y de cerámica vidriada de tonos verdes y marrones. Las cuatro esquinas de la casa también están decoradas con molduras. Y en la parte superior de las fachadas laterales, destacan tres ojos de buey enmarcados con un relieve ondulado.

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