Barcelona sufre de problemas de inseguridad, pero los delitos, robos y agresiones no se reparten de la misma manera. La capital catalana tiene zonas que son muy tranquilas, donde apenas tienen lugar sucesos de ningún tipo y, al mismo tiempo, vecindarios que están marcados profundamente por la lacra de la criminalidad. El número de robos o casos de drogas que, por ejemplo, se da en el barrio de El Raval empaña la buena imagen de una de las zonas más antiguas de la capital catalana.

Y es que esa misma zona es la que concentra, por otra parte, las dos calles más peligrosas de la ciudad. Se trata de las calles de Sant Pacià y de Aurora, dos vías que concentran gran parte de los hechos delictivos relacionados con drogas del barrio.

CAÍDA DE INGRESOS

Se trata de vías típicas del Raval. Estrechas, pequeñas, de un centenar de metros, pero son muchas las denuncias vecinales acerca de la presencia de inmuebles ocupados y reconvertidos en puntos de venta o fumaderos. Por la noche, además, se multiplica la presencia de heroinómanos que acuden a por su dosis y que, en muchas ocasiones, terminan pinchándose entre los contenedores de ambas calles.

Un consumidor de heroína en El Raval de Barcelona / LUIS MIGUEL AÑÓN - CRÓNICA GLOBAL

Esta situación, que se ha mantenido durante años en mayor o menor intensidad, ha ahuyentado la presencia de turistas, por lo que la facturación de los comercios de ambas zonas cayó a finales del verano pasado entre un 50 y un 75%. Lo que sí triunfa son los pisos turísticos, y es que quienes han vivido allí toda la vida hacen los que pueden por marcharse en cuanto hay ocasión, dejando los lugares vacíos.

OTRAS CALLES

No son, en realidad, las únicas calles conflictivas del barrio. Vivir en El Raval es una lucha constante contra la delincuencia y las drogas. Estas últimas se hacen fuertes en otros lados, como en la calle de Sant Agustí, donde un comedor social se ha convertido en punto de reunión de los drogadictos de la zona. En esta calle, que forma parte de una ruta escolar, es muy común encontrarse con residuos o jeringuillas utilizadas.

Dos personas drogodependientes pinchándose heroína en las calles colindantes de la narcosala del Raval / CEDIDA

En la calle de Morera, un narcopiso recién abierto está amargando la vida de los vecinos y de algunos comerciantes del mercado de La Boqueria. Ninguna de las vías mencionadas hasta el momento queda lejos de la calle de Hospital, una calle histórica, conocida sin embargo por la prostitución que allí se ejerce.

Noticias relacionadas