Barcelona aún conserva trazas de su pasado. La muralla de Barcino, cuando la ciudad fue parte del Imperio Romano entre el Siglo I a.C. y el siglo IV, puede encontrarse aún en algunas zonas del barrio Gótico.
Pese a que anteriormente casi toda la ciudad estaba enmurallada, en 1850 se inició su derribo, con el objetivo de ampliar la ciudad y abrirla todas las poblaciones del entorno.
¿DÓNDE VERLA?
La plaza Nova, a la derecha de la catedral, es un buen punto para empezar y observar restos de la muralla, ya que se conservan cuatro torres, dos en la Casa de l’Ardiaca y dos a ambos lados de la calle del Bisbe. En la plaza de Ramon Berenguer también se aprecia un buen tramo, donde reposa la capilla gótica de Santa Àgueda.
El trazado continúa en sentido mar, con tramos descubiertos, otros en proceso y otros ocultos por edificios, hasta la plaza de los Traginers, donde está otra de las imponentes torres.
RECONOCIMIENTO
El monumento está declarado en el registro de Bienes Culturales de Interés Nacional del patrimonio catalán y en el registro de Bienes de Interés Cultural del patrimonio español.