No todas las ciudades de España pueden presumir de tener un restaurante mítico al que acuden la mayoría de los famosos que aterrizan en el país desde todas las partes del mundo. Es el caso del Botafumeiro de Barcelona, que ya se ha convertido en parada obligatoria de quien vive o de quien visita la capital catalana, sea o no conocido por el gran público.
Ubicado en la Calle Gran de Gràcia, el Botafumeiro se ha hecho famoso —además de por su selecta clientela— por sus ricos platos de pescados y mariscos, los cuales protagonizan la carta del local, inspirada en la cocina gallega y catalana.
LOS FAMOSOS SE DAN CITA EN EL BOTAFUMEIRO
No hay mes en el que el Botafumeiro, fundado en 1975 por José Ramón Neira Pérez, no reciba una visita de renombre. Por allí hemos visto ya a Max Weinberg, batería del grupo Springsteen, al actor Nicolas Kage, a las cantantes Ariana Grande y Beyoncé, al vocalista Juanes, al músico Roger Tylor, al director de cine Woody Allen y al exfutbolista Samuel Eto'o, entre muchos otros, como Pep Guardiola o Joan Laporta.
Unos comensales de renombre, conocidos en todo el mundo, que han dejado su huella, en forma de foto, en la mítica ‘pared de la gloria’ del Botafumeiro. Se trata de una pared en la que hay colgados numerosos retratos de todas las celebrities que han acudido a comer o a cenar al famoso restaurante catalán. Y también clientes de la sociedad barcelonesa, que frecuentan el restaurante para negocios o en familia. La barra siempre era prominente en especial en la época de los camareros jefes Arias y Otero, que la gestionaban con gran maestría. Hay casos curiosos y relevantes de personajes anónimos en la famosa 'pared'.
UN CLÁSICO EN BARCELONA
La fama del Botafumeiro no ha llegado como por arte de magia, pues su carta, repleta de mariscos y pescados (langosta gambas de Palamós a la plancha, mariscadas y cazuelas), arroces (caldoso con bogavante, paella de mariscos y arroz negro con calamarcitos), carnes (como chuletón Ternera Gallega D.O. o lechal a la brasa) y postres caseros (como la tarta de Santiago o la tatin flambeada) son los que hacen que tantos famosos, barceloneses y turistas no pierdan la oportunidad de pasar por el Botafumeiro.
Asimismo, la decoración del Botafumeiro es también uno de sus mayores atractivos, especialmente por la elegancia de la sala y de sus salones privados, con mucha madera y mucha decoración art déco.
Una seña de identidad que ha mantenido desde su inauguración, hace ya 48 años, la cual, sumada a su aclamada carta, han hecho del Botafumeiro toda una «institución», asegura su propietario, José Ramón Neira, a La Razón: «Siempre hemos querido mantener el estilo clásico y tradicional del establecimiento, aquel saber hacer de los grandes restaurantes de antes, pero poniéndonos al día, con un espíritu crítico».
MEJOR GÉNERO DEL MERCADO
La esposa de Neira, Noa El Hadri, asegura que nada es por casualidad, ya que «en el Botafumeiro hay un protocolo en todo, un estilo formado por un conjunto de cosas, pero sobre todo es un restaurante conocido por su materia prima. (…) Lo mejor del día estará siempre en Botafumeiro, que tiene el mejor género del mercado, un pescado y un marisco de excelente calidad, y el cliente tiene garantía siempre de que no habrá otra cosa mejor en el mercado que lo que se sirve aquí».
Y parece que es verdad, pues la clientela del restaurante, tal y como vemos en su pared de la gloria y en sus más de 6.200 calificaciones de Google, es exigente, variada y, sobre todo, generosa, pues no duda en dar su feedback positivo en buscadores y redes sociales. Y cuando un local gastronómico triunfa tanto y entre sectores tan distintos de la población, por algo será.