¿Qué es eso que se avista a lo lejos en la Ronda de Dalt? ¿Es un pez? ¿Es un avión? No, venga ya, que lo tenéis todo muy visto. Es el submarino de Barcelona. Y no es un submarino cualquiera, sino un SA-51, también conocido como submarino de asalto 51. Llegó a la capital catalana de visita, con motivo de una exposición sobre submarinos celebrada en la ciudad en 1986, pero se quedó en la ciudad como regalo del Ministerio de Defensa al Museo de la Ciencia de Barcelona, el actual CosmoCaixa.

Cuentan que cuando llegó a la ciudad causó sensación. Pertenece a la clase Tiburón y fue fabricado por la empresa Bazán, de Cartagena. Sus ingenieros dotaron a este modelo de una compleja forma hidrodinámica, como demuestra su popa, para conseguir una inmersión rápida y mejorar la navegación en el exterior. Y le añadieron gran cantidad de superficies planas para avanzar en el agua sin mucho esfuerzo.       

APARIENCIA MUY ROMPEDORA                                                            

Este modelo tiene diseño peculiar, pues está formado por una serie de curvas que le dan una apariencia muy rompedora. Los torpedos van alojados a proa en unos tubos, en el interior del casco, protegidos por compuertas y lanzados por aire a presión. Tiene capacidad para seis tripulantes, que podían permanecer en el interior de pie, y disponían de un pequeño compartimento con dos literas para descansar por turnos, un pequeño fogón que sirve como cocina, un retrete y algunas taquillas para guardar sus cosas. En la parte de la proa tiene una especie de hocico con la boca abierta, lo que le da un toque aún más terrorífico. 

Pero su aspecto es solo postureo porque, pese a su aspecto fiero, esta pieza sofisticada de ingeniería militar que lleva navegando por la Ronda de Dalt más de 30 años, no ha participado en ninguna guerra más allá del campo de batalla en el que se convierte la ronda en hora punta. Solo se construyeron en Cartagena dos submarinos de esta serie, Tiburón I SA-51 y el Tiburón II SA-52, que, con el tiempo cayeron en desuso y fueron dados de baja en 1979, debido a las nuevas tácticas navales y algunos problemillas detectados. 

CEDIDO AL MUSEO DE LA CIENCIA 

El Tiburón I SA-51, gracias a las gestiones realizadas por Camil Busquets, escritor y divulgador de temas navales, fallecido en 2016, fue cedido al Museo de la Ciencia. Rebautizado como Submarino Barcelona, al principio estuvo instalado en los jardines del museo hasta que, en 1990, el Ayuntamiento de Barcelona decidió darle un nuevo destino en su ubicación actual.

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