En la esquina de la calle de Cuba con la rambla de Fabra i Puig, en Sant Andreu, llama la atención un edificio singular con rasgos modernistas, pero donde no faltan referencias estéticas a los siglos XVI, XVII y XVIII. Es Can Guardiola, una casa unifamiliar de planta baja, dos pisos, buhardillas con tejado a dos aguas y un jardín posterior con palmeras. El proyecto original que firmó en 1903 el maestro de obras J. Codina Clapés, sin embargo, solo contemplaba una planta y un piso, y seguía además unos criterios estéticos anticuados.
LÍNEAS DEL MODERNISMO
Por ello (y sobre la marcha), se añadió una planta y unos elementos decorativos más adecuados para la época, que han permitido enmarcarla en una de las líneas del modernismo. Sin embargo, Can Guardiola cuenta con algunas claras referencias a los siglos XVI, XVII y XVIII locales. ¿Ejemplos? El coronamiento mixtilíneo de la fachada principal remite a los frontis de numerosas iglesias del barroco catalán; el marco de piedra de los balcones hace referencia al plateresco barcelonés, y los esgrafiados son una alusión a las técnicas más tradicionales.
En la fachada principal, un zócalo recorre todo el edificio por la planta baja. Tanto la puerta principal como las ventanas están enmarcadas por pilastras con capitel corintio. Las ménsulas aguantan los balcones del primer piso y, en la puerta principal, destaca el año de construcción entre dragones y elementos vegetales. En la planta noble, las tres aperturas con balcón están enmarcadas por pilastras de capitel corintio y rematadas con un frontón triangular con decoración vegetal y esgrafiados laterales.
HOTEL DE ENTIDADES
El balcón central es de piedra con hojas de acanto y el escudo de Barcelona; los laterales, de hierro forjado. Sobre las tres ventanas del piso superior, hay óculos trilobulados y, por encima, un enorme coronamiento con tímpano mixtilíneo. En el interior, mantiene el pavimento original de baldosa hidráulica con motivos geométricos y florales, y una pequeña capilla con una cúpula pintada de azul con estrellas.
A mediados de los años ochenta del siglo XX el propietario murió y una constructora compró el inmueble para hacer pisos. Gracias al movimiento vecinal y las acciones de la comisión "Salvemos Can Guardiola", la Generalitat de Catalunya lo adquirió. Actualmente, aloja un hotel de entidades.
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