La petanca ya no se limita a ser un deporte popular exclusivo para personas mayores. A pesar de haber sido asociada como una práctica de la tercera edad desde sus inicios en el sur de Francia a finales del siglo XIX, en la actualidad ha ampliado su alcance y se ha convertido en el pasatiempo favorito de numerosos jóvenes en Barcelona. Así lo señala la Federació Catalana de Petanca (FCP), que registra unas 300 licencias en la capital catalana en 2023.
Imagen de Dani Gamero, aficionado de la petanca en Barcelona
FEDERACIÓN DE PETANCA
La organización en el ámbito federativo de la petanca se estructura en distintas categorías según la edad de los jugadores y los eventos en los que participan. En primer lugar, se encuentra la categoría juvenil, dirigida a aquellos jugadores de hasta 17 años. "Para poder acceder al Campeonato de España, es necesario haber competido y clasificado en el Campeonato de Catalunya correspondiente a esta categoría", explica Ferrari.
Por otro lado, la categoría Sub23 comprende a jugadores de entre 18 y 23 años. Aquí se compite directamente en España y Europa y es de formato abierto", señala el subdirector de la federación.
Además, se organiza una liga que se desarrolla entre septiembre y enero, que involucra a jugadores de distintas edades, desde juveniles hasta aquellos pertenecientes a la categoría Sub23, durante ese periodo concreto. Esta liga incluye diversas categorías como 5a, 4a, 3a, 2a, 1a y la liga catalana.
Ferrari también menciona las 'Melés', unos torneos populares de petanca donde se juegan al menos tres partidas; si se gana, se siguen jugando más rondas. "La inscripción, que varía pero ronda los cuatro o cinco euros por persona, puede ser en dos modalidades: 'montada', inscribiéndote con tu compañero, o 'a sorteo', jugando con alguien al azar", explica. Estos eventos, abiertos a todos, se llevan a cabo en días específicos en los clubes.
Imagen de Marc Soler, aficionado de la petanca en Barcelona
AFICIONADOS
Uno de los sitios donde se cultiva el amor por la petanca es en Torre Baró, Nou Barris. En este enclave, se encuentra Rocío Barroso Martínez, una joven de 24 años cuya pasión por este deporte ha ido creciendo. A los 14 años, Rocío comenzó a participar en las Melés organizados por el club Castillo Atlético Torre Baró.
"Son competiciones por parejas y lo mejor es que la inscripción apenas cuesta cinco euros", afirma Rocío a Metrópoli. Marc Soler, de 22 años, es otro aficionado a este deporte. El joven de Barcelona, de El Coll i la Teixonera, descubrió a los 12 años el deporte y desde entonces se "ha enganchado": "Siempre he sido competitivo y ver mi progreso y elevar mi nivel ha hecho que me aficione", explica. Al igual que Rocío, Soler también suele participar en estos "mini torneos": "Puedes inscribirte con un compañero o bien acceder a la opción de sorteo", aclara. En este sentido, Soler confiesa que a veces le gusta jugar con alguien al azar, ya que resulta "más emocionante y novedoso".
El jugador, que ha jugado en tercera, ahora ha subido un peldaño tras ganar la liga: "Hemos subido a segunda división", señala. Por su parte, Rocío también ha progresado: "ahora compito en la categoría de cuarta catalana", sostiene.
Imagen de Manel Luque, aficionado de la Petanca en Barcelona
LAZOS FAMILIARES
Pese a que la jugadora se alegra de haber ascendido, el vínculo que le une a la petanca no es solo deportivo, sino que es un legado familiar: "Todos en mi familia juegan. Es algo que nos une", confiesa con una sonrisa. Manel Luque (18), otro de los aficionados que además compite a nivel europeo, de Cerdanyola, también comparte un lazo familiar con el deporte:"Comencé a jugar en el camping cuando tenía dos años por influencia de mi abuelo y mi padre, quienes son aficionados".
Siguiendo la misma línea, se encuentra Dani Gamero, (22), de Badalona. El joven empezó a jugar "cuando tenía 10 años al ver jugar a su hermano" y empezó a estar federado con 15 años. Al igual que Gamero, Nerea Ruiz (21) de Esplugues de Llobregat también empezó a tener interés en este "mundillo" al ver a su padre jugar cuando ella tenía nueve años.
Tanto para Nerea como Gamero la pasión por la petanca no entiende de fronteras. La primera ha logrado ser Campeona de la Liga Provincial en el 2022, Subcampeona de España en dobles en el 2023 y Campeona de Catalunya en Dobles también en el 2023. No obstante, el triunfo que recuerda con más emoción es cuando se coronó campeona de Catalunya, una victoria que consiguió estando en un avanzado estado de embarazo. Por su parte, Gamero, además de su subcampeonato de España Individual en 2022, alcanzó el quinto lugar en Europa en Tripletes el mismo año.
Imagen de Nerea Ruiz, aficionada a la petanca en Barcelona
REUNIONES LIBRES
El que también compitió por conseguir el oro en Europa en 2023 es Manel Luque quien finalmente logró ser subcampeón. El joven decidió a los ocho años competir y asume que no "fue nada fácil llegar hasta ahí", por lo que se siente "orgulloso". La experiencia más memorable que recuerda fue su primer mundial que jugó en juveniles: "Me costó mucho prepararme para este campeonato", reconoce. Por su parte, Dani Gamero, también manifiesta el "orgullo" que sintió cuando le llamó el técnico nacional de la selección española de petanca, Jaime Sais, para representar al país". Ambos explican que comenzaron a entrenar todos los días para estar más preparados, incluso se reunían por libre con compañeros.
En la actualidad, siguen reuniéndose con otros aficionados por su propia cuenta. "Nos juntamos unas 40 personas dos veces por semana para entrenar en la petanca de Sant Adrià de Besòs", comenta Gamero. Por otro lado, Luque lo hace en Sants con otras 15 personas, mientras que Nerea practica frente al parque cercano a su casa en Esplugues. Durante las tardes soleadas, Rocío se une al grupo de su club: "El equipo está compuesto por chicas y chicos, somos alrededor de 50", explica. Soler, por su parte, entrena después del trabajo en las pistas de petanca ubicadas en el Parc de la Creueta del Coll.
Imagen de Dani Gamero, aficionado de la petanca en Barcelona
LLEGAR LEJOS
Para Rocío, cada lanzamiento representa un paso hacia su gran objetivo: llegar tan lejos como sea posible; incluso le gustaría competir a nivel nacional. La meta de Nerea es "llegar a jugar con grandes jugadoras". Gamero, Luque y Soler comparten el anhelo de llegar lejos en el mundo de la petanca. Soler, en particular, afirma: "Creo en mi potencial y sé que, con entrenamiento constante, puedo estar en la élite". Sin embargo, son conscientes de los desafíos para vivir de este deporte en España. "En Francia, la petanca tiene más reconocimiento. Si tuviera la oportunidad, me iría", afirma Luque, una idea que Gamero también comparte. A pesar de las dificultades, todos coinciden en que la petanca no es solo un hobby, sino una pasión que ha forjado amistades duraderas y les ha proporcionado experiencias inolvidables. "Mi pareja y mi mejor amiga, las he conocido jugando a Petanca", subraya Nerea. Por su parte, Soler, Gamero y Luque señalan que "gracias a la petanca, han conocido a quienes ahora son sus mejores amigos".