Un turismo que se debe controlar, por los picos que se producen en determinados momentos del año, pero que tiene características propias que aportan valor. La ciudad de Barcelona ha obtenido la certificación de Destinación Turística Inteligente (DTI) que otorga la Sociedad Mercantil Estatal para la Gestión de la Innovación y las Tecnologías Turísticas (Segittur).

¿Cómo lo ha conseguido? La entidad analiza 97 requisitos y 261 indicadores concretos sobre sostenibilidad, accesibilidad, innovación, tecnología y gobernanza. Y en todos ellos la ciudad ha destacado. Según el teniente de alcalde de Economía, Hacienda, Promoción Económica y Turismo, Jordi Valls, Barcelona "sobresale" en ámbitos como el desarrollo de productos y servicios innovadores, protección del patrimonio natural y cultural, colaboración público-privada y el compromiso ambiental, entre otros.

Un grupo de turistas de visita en Barcelona EFE

Pero nada es para siempre. El reconocimiento tiene una validez de dos años y está sujeto a un proceso de renovación, que obliga a la destinación a mantener una mejora continuada.

Es el segundo reconocimiento que obtiene la destinación de Barcelona a nivel turístico durante el último mes, después de que la Unión Europea (UE) reconociera este diciembre que es la región que dispone de más alojamientos sostenibles del indicador Environmental Labels and Schemes. Sin embargo, las críticas arrecian sobre cómo maneja el Ayuntamiento los flujos turísticos, como ha señalado la cadena de televisión norteamericana CNN

 

 

 

 

 

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