Las estaciones de metro más antiguas de Barcelona son auténticas reliquias que permiten asomarse al pasado de la ciudad. Estos sitios, cargados de historia y silenciosos testigos del devenir de décadas pasadas, desvelan el progreso y los cambios que ha experimentado la capital catalana a lo largo del tiempo. El sistema de metro de la ciudad se gestó con el objetivo claro de unir una zona próspera con el epicentro urbano. Este año 2024 marcará el centenario desde que este sistema de transporte inauguró su primera ruta.

CUATRO ESTACIONES

En 1924, cuatro estaciones conectaban zonas céntricas de la ciudad: Plaza de Catalunya, paseo de Gràcia --antes Aragó--, Diagonal y Lesseps, formando la línea 3 actual. El recorrido inaugural marcó el 30 de diciembre como fecha de inicio.

Poco después, en 1925, se amplió la línea con la estación Fontana, adentrándose en la zona alta de la ciudad, y en julio, la estación Liceu, conectando zonas destacadas con el teatro de ópera.

PRIMER INTENTO DE METRO

El primer intento de metro se remonta a 1912 con el proyecto del ingeniero Fernando Reyes, mientras que en 1907, los ingenieros Pau Müller y Octavio Zaragoza idearon una conexión que nunca vio la luz, ambas debido a limitaciones presupuestarias.

La empresa Gran Metro, iniciada en 1921, fue pionera en operar el primer ferrocarril metropolitano, aunque la sociedad Ferrocarril Metropolità de Barcelona, SA, conocida como Transversal, fue la primera constituida para el proyecto.

El próximo centenario del metro conmemora no solo su trayectoria, sino también los esfuerzos anteriores y la visión persistente que finalmente dio forma a una parte integral del transporte en la capital catalana.

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