A pocos kilómetros al norte de Barcelona, se esconde un paraíso natural que cobra vida con una nueva dimensión durante el invierno: el bosque del Tagamanent. Este pulmón verde, que forma parte del Parque Natural del Montseny, se convierte en un destino cautivador en los meses más fríos del año, ofreciendo a los visitantes una experiencia única en medio de la naturaleza.

El lugar presenta un encanto especial en invierno. Las hojas caídas crean una alfombra crujiente bajo los pies, y la neblina matutina le confiere un aire místico. Los árboles desnudos permiten una visión más clara de la arquitectura natural del bosque, revelando intrincadas ramificaciones y permitiendo que la luz del sol penetre de manera mágica. Además, la ausencia de multitudes proporciona una experiencia más íntima con la naturaleza.

UNA RUTA IDEAL PARA TODA LA FAMILIA

El bosque cuenta con diversas rutas que se adaptan a todos los niveles de habilidad. La Ruta Circular del Tagamanent es ideal para aquellos que desean una caminata moderada de aproximadamente ocho kilómetros. La senda serpentea a través de densos bosques y ofrece vistas panorámicas del Montseny. 

Los alrededores son igualmente cautivadores. El pequeño pueblo de Tagamanent, con sus callejones adoquinados y casas de piedra, invita a los visitantes a dar un paseo tranquilo antes o después de su expedición en el bosque. 

El bosque del Tagamanent en una imagen de archivo FLICKR

El bosque del Tagamanent es hogar de una gran biodiversidad y cuenta con especies autóctonas que han habitado la montaña durante siglos. Durante la temporada invernal, se pueden observar aves migratorias que encuentran refugio temporal en esta área. Los visitantes también pueden sorprenderse con la presencia de hongos y setas que se asoman entre la hojarasca, creando un espectáculo visual fascinante.

CÓMO LLEGAR AL TAGAMANENT DESDE BARCELONA

Para aquellos que desean llegar en coche desde Barcelona, el viaje hacia el bosque del Tagamanent es directo. Cogiendo la autopista C-17 en dirección norte, se llega al desvío hacia Tagamanent. El trayecto dura aproximadamente una hora, ofreciendo la posibilidad de disfrutar del cambio gradual de paisajes desde la ciudad hasta la tranquilidad del entorno natural.

Para quienes prefieren el transporte público, se puede coger un tren de Rodalies desde la estación de Sants hasta la estación de Tagamanent, con la línea R3. Aunque la opción en transporte público puede llevar un poco más de tiempo, ofrece la ventaja de poder relajarse y disfrutar del paisaje sin la preocupación de la conducción.

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