Ni la crisis de la pandemia, ni el auge de plataformas de streaming, ni la subida del IVA cultural en 2012 han logrado tumbar a los cines Verdi que operan desde 1926 en Gràcia. El complejo de multisala resiste como la meca cinéfila de Barcelona y bate la audiencia prepandemia. En 2023, logró atraer a 358.471 espectadores, superando la cifra de 315.339 registrada en 2019, según datos de Comscore.

La supervivencia de los Verdi no se entiende en un contexto donde los cines no dejan de desaparecer. De los 26 centros culturales que había en 2013 en Barcelona, han cerrado la mitad --13-- en 2024. El último en sumarse a esta lista fue el Comedia, en el paseo de Gràcia, que bajó la persiana el 14 de enero tras 64 años de historia en la capital catalana. 

VERSIÓN ORIGINAL

Para David García, programador de los Cines Verdi, la distinción fundamental que ha asegurado su perdurabilidad es la proyección de películas en versión original. "Nos distingue de la mayoría de cines que optan por la programación en versión doblada en Barcelona", explica García a Metrópoli. Además, la sala proporciona subtítulos en inglés para algunas películas españolas y subtítulos en castellano o catalán para algunos estrenos en su idioma original.

Este servicio les permite conectar con el público extranjero. "Atraemos alrededor de un 30% de personas provenientes de otros países, dado que estamos ubicados en un punto altamente turístico ", subraya el programador. La importancia de esta ubicación estratégica es otro de los "factores cruciales que le permiten subsistir", según García.

Cines Verdi en Gràcia Metrópoli

SALTO A INTERNET

A pesar del auge de las plataformas de streaming, el responsable del cine asegura a este digital que este fenómeno "no ha representado una amenaza" para el complejo multisala. De hecho, durante la pandemia, decidieron dar el salto a internet y lanzaron en 2020 dos canales lineales y un servicio de vídeo bajo demanda, disponibles en Samsung TV Plus y en otras aplicaciones. "Cines Verdi TV y Cine Feel Good Verdi TV ofrecen más de 3.000 títulos las 24 horas del día, muchos de los cuales son destacadas obras en las que aparecen algunos de los cineastas más relevantes a nivel mundial", destaca el programador.

La plataforma no solo se diseñó para adaptarse a las condiciones de la pandemia, sino que en la actualidad nutre la pasión cinéfila. Según García, los amantes del cine "consumen más películas que las que se estrenan en las salas tradicionales", lo que convierte a la plataforma en un servicio complementario para ellos. Al mismo tiempo, contribuye a generar ingresos adicionales para la empresa exhibidora.

ALQUILER DE SALAS

La transición al ámbito digital representó una de las innovaciones adoptadas por la sala de cine. No obstante, esta no fue la única estrategia implementada para reinventarse durante ese periodo. Las salas vacías, fruto del miedo a contagiarse del covid, llevaron a Verdi a ofrecer el alquiler de salas privadas para grupos reducidos. "Muchas personas venían con sus familiares o amigos, y eso nos benefició considerablemente", explica.

Aunque la demanda de este servicio ha disminuido, aún persiste la práctica de "varios alquileres de salas a la semana, como algunas sesiones matinales los sábados y domingos, en las que suelen acudir grupos reducidos de familias con niños y sus abuelos", detalla el responsable de marketing del cine.

Una de las salas de los cines Verdi en Gràcia Metrópoli

PASES DE PRENSA Y PUBLICIDAD

Siguiendo esta línea, el alquiler de salas a prensa y distribuidoras es una de las fuentes donde sacan mayores ingresos. "Los pases de prensa, eventos específicos de colectivos determinados y las distribuidoras que hacen sus preestrenos de películas nos generan grandes beneficios", expresa el cineasta.

A su vez, señala García, una fuente de beneficios potente es la publicidad de las próximas películas que tendrán en el cine: "Las distribuidoras se gastan un dinero en el punto de venta, al igual que en un supermercado las grandes marcas se gastan dinero para que su producto esté lo más visible para el cliente y no se quede atrás. Si tú entras por el Verdi verás unas fachadas con publicidad que lo pagan las distribuidoras, y es un ingreso limpio para el cine".

El programador señala la importancia de esta actividad, no solo por la relación con las distribuidoras y la promoción de futuros estrenos en Verdi, sino también porque permite mantener al cine "vivo".

PRECIOS DE LAS ENTRADAS

Aunque la explotación publicitaria es un pilar fundamental para los ingresos de Verdi, García remarca que la venta de entradas "es la fuente de beneficios más significativa", a pesar de su bajo coste. La tarifa estándar es de 4,90 euros y cada martes el cine hace la Fiesta del Espectador, con entradas desde 2,90 euros.

Al igual que esta iniciativa, la sala ofrece sesiones matinales todos los días. "Esta programación se centra especialmente en un público adulto y de mayor edad", menciona el responsable de marketing. Dentro de estas programaciones especiales, los Verdi también presentan documentales de arte, clásicos y transmiten ópera y ballet en diferido.

Todos estos aspectos han desempeñado un papel crucial en la consolidación de un público fiel. "Cuando tienes esta base, lo esencial es mantener la comunicación con ese público a través de correo electrónico y las redes sociales", afirma García. 

COLOQUIOS

Un ejemplo concreto que ilustra la eficacia de estos canales de comunicación es el anuncio que hicieron a través de correo electrónico del coloquio de la película "Saben Aquell", al que asistirán el director David Trueba y el actor David Verdaguer este domingo. "Gracias a este aviso, logramos llenar la sala", asegura García. 

Estos coloquios y presentaciones dirigidos por el equipo técnico de las películas que estrena Verdi son elementos que, según García, "nos diferencian notablemente de otros cines". El programador asegura que esta iniciativa ofrece a los espectadores la oportunidad de "escuchar directamente a los creadores y expertos detrás de las películas, lo que les permite establecer una conexión más íntima con el proceso creativo y técnico".

A pesar del éxito que obtiene el centro cultural con estos eventos, no dejan de ser "extras que representan solo un 30% del ingreso del cine", afirma el cineasta. Las mayores vías de ingresos, según García, son "la venta de entradas, seguida por los pases de prensa y publicidad y, a continuación, las sesiones matinales dirigidas a colegios". El área del bar es otro de los componentes que "demuestra ser altamente rentable, pero en menor medida", concluye el responsable de Verdi.

UNA HISTORIA DE RESILIENCIA

La sostenibilidad del Verdi no solo se ha alcanzado mediante la integración de estos servicios diferenciadores y su reinvención durante la pandemia, sino a base de superar diversos obstáculos que han caracterizado los primeros años de su historia.

La sala de cine comenzó a operar en 1926 bajo el nombre de Salón Ateneo Cine. En la década de 1980, el centro cultural enfrentó un período de declive marcado por la programación de películas S y eróticas, y la saturación de cines de barrio. En este contexto, Enric Pérez Font asumió el desafío de rescatar la sala en 1982. En el momento de su adquisión pasó a llamarse Verdi.

Bajo la dirección de Pérez, los Cines Verdi apostaron por diversificar la programación hacia películas de autor y la introducción de versiones originales subtituladas. A pesar de las dudas iniciales sobre la viabilidad de esta propuesta, la iniciativa fue un éxito y atrajo a una audiencia cada vez mayor. Este cambio no solo revitalizó el cine, sino que también tuvo un impacto positivo en la actividad comercial del barrio.

A pesar del éxito inicial, en 1986 se enfrentaron a una crisis económica vinculada a la comercialización de vídeos VHS y a una crisis de guiones en Hollywood. Esta coyuntura llevó a una disminución en la recaudación de los cines. Pérez decidió vender el 70% de la empresa a la distribuidora A Contracorriente Films en 2015, después de superar una meningitis que casi le costó la vida. 

En los últimos años, los Verdi han enfrentado desafíos adicionales, como el aumento del IVA cultural y el cambio de propiedad con la venta del 30% restante, que recaló en A Contracorriente en 2023. Pese a ello, la famosa sala de cines de Gràcia ha sabido buscar fuentes alternativas de ingresos para mantenerse en pie, mientras otras salas históricas como el Comedia --en manos de Yelmo-- han bajado la persiana.

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