Entre las majestuosas montañas de la comarca de La Garrotxa, se alza un pequeño pueblo que parece sacado de un cuento de hadas: Castellfollit de la Roca. Este encantador municipio catalán, situado estratégicamente entre la Costa Brava y Girona, ha emergido como un destino de moda entre los vecinos de Barcelona en busca de un refugio tranquilo para sus escapadas de verano.
Con apenas unos pocos cientos de habitantes, Castellfollit de la Roca se distingue por su ubicación única y su espectacular paisaje. El pueblo se encuentra en lo alto de un acantilado basáltico, con el río Fluvià serpenteando a sus pies. Desde lo alto del municipio, se puede disfrutar de vistas panorámicas impresionantes de los campos verdes y las montañas circundantes, creando un escenario de belleza natural que cautiva a todos los que lo visitan.
El encanto de Castellfollit de la Roca reside en su arquitectura tradicional de piedra, con calles estrechas y empedradas que serpentean entre las antiguas casas de piedra. La iglesia de San Salvador, con su imponente campanario, domina el horizonte del pueblo y añade un toque de historia y espiritualidad a su atmósfera.
Castellfolit de la roca, el refugio de los barceloneses
Durante los cálidos meses de verano, Castellfollit de la Roca se convierte en un refugio ideal para aquellos que desean escapar del bullicio de la ciudad y sumergirse en la tranquilidad del campo catalán. Sus tranquilas calles invitan a pasear sin prisa, mientras que los senderos que serpentean por los alrededores ofrecen la oportunidad perfecta para explorar la naturaleza circundante.
Pero no solo la belleza natural y la tranquilidad son atractivos en este municipio de la Garrotxa; también cuenta con una gran oferta gastronómica que deleita a los paladares más exigentes. Los restaurantes del pueblo ofrecen platos tradicionales catalanes elaborados con ingredientes frescos y de la zona, brindando a los visitantes una experiencia culinaria inolvidable.
Además, la proximidad de Castellfollit de la Roca a la Costa Brava y Girona añade un valor adicional a su atractivo. A poca distancia en coche, se pueden explorar las encantadoras playas de la Costa Brava, con sus aguas cristalinas y sus pueblos costeros. Y para aquellos que buscan un poco más de acción urbana, la histórica ciudad de Girona ofrece una mezcla de cultura, historia y gastronomía.
Cómo llegar desde Barcelona
Para llegar a Castellfollit de la Roca desde Barcelona, existen varias opciones tanto en transporte público como en privado. En transporte público, se puede coger un tren desde la estación de Sants de Barcelona hasta la estación de Girona, y luego un autobús que conecta Girona con Castellfollit de la Roca. En coche, la ruta más directa es con la autopista AP-7 en dirección norte hasta llegar a Girona, y luego seguir las indicaciones hacia Castellfollit de la Roca. El viaje en coche suele durar alrededor de dos horas, dependiendo del tráfico y las condiciones de la carretera.