Las obras de reforma de la Rambla han destapado un portal de entrada de la muralla medieval de Barcelona del siglo XIII. Se trata del portal de Trencaclaus o Ollers, situado en la calle Escudellers, que cruza la plaza del Teatre, según documenta el Servicio de Arqueología.

Aparte de este portal, se ha descubierto otro tramo de la muralla del extremo norte de la Rambla, junto a la plaza de Catalunya. En este caso, según el Ayuntamiento, la muralla es poco visible, pero todavía conserva hasta tres metros de altura. Otro de los hallazgos son maravedíes (monedas medievales) de Isabel II, correspondientes al siglo XIX.

Una muralla de 1285

La fortificación se construyó en 1285 por orden de Pere II el Gran, durante un conflicto bélico con Francia. Tras finalizar la guerra, Consell de Cent continuó con esta labor y se añadieron nuevos portales defensivos como el portal Nuevo, junto a los ya existentes de la Boquería, Portaferrissa y Jonqueres. Dentro de este perímetro, que abarcaba espacios como la plaza de Catalunya, el paseo de Sant Joan y el Parc de la Ciutadella, se encontraba La Rambla. 

Fábrica histórica del S.XIX

Este hallazgo arqueológico no es el único descubierto durante unas obras. Los trabajos de la Via Laietana también destaparon una fuente histórica del S.XIV.

Se trata de una fuente de ocho metros de diámetro, de forma octogonal, testimonio del esplendor medieval de Barcelona. Formaba parte de un entorno que incluía la iglesia de San Sebastián y fuentes públicas alimentadas desde Collserola.