A tan solo una hora de Barcelona hay un pueblo medieval con cascadas y ríos ideal para una excursión de verano en plena naturaleza. Santa Pau es un pequeño pueblo ubicado en el corazón de la Garrotxa, famosa por sus paisajes volcánicos y su exuberante naturaleza.
Con raíces que se remontan a la Edad Media, pasear por sus calles empedradas es como dar un salto en el tiempo. Sus edificios de piedra, la iglesia de Santa Maria, y los restos de antiguas fortificaciones cuentan historias de un pasado lleno de historia y leyendas.
Santa Pau, un lugar lleno de naturaleza
Lo que realmente diferencia a Santa Pau de otros pueblos medievales es su entorno natural. Situado en un valle rodeado de montañas, el pueblo disfruta de un microclima fresco y húmedo, perfecto para el crecimiento de una abundante vegetación. Los bosques que rodean Santa Pau son densos y frondosos, llenos de hayas, robles y castaños, y están atravesados por numerosos senderos que invitan a ser explorados.
Sant Pau en una imagen de archivo
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Uno de los mayores encantos de Santa Pau son sus cascadas y ríos. A poca distancia del centro del pueblo se encuentran algunos de los parajes más impresionantes de la Garrotxa, como el Salt de Can Batlle, una cascada que ofrece un impresionante espectáculo natural. Este recorrido es perfecto para quienes aman el senderismo y la naturaleza, ya que ofrece vistas espectaculares y la oportunidad de disfrutar de la paz y la serenidad que brinda la naturaleza.