Cientos de taxis en la Gran Via de Barcelona

Cientos de taxis en la Gran Via de Barcelona GALA ESPÍN

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¿Por qué los taxis de Barcelona son negros y amarillos?

Se debe a un conflicto por la competencia en lo relativo a las tarifas entre las compañías de taxis que estalló en 1929

17 agosto, 2024 18:25

Los taxis de Barcelona son una parte esencial del sistema de transporte de la ciudad, ofreciendo un servicio accesible tanto para locales como para turistas. Estos vehículos, que suelen ser fácilmente reconocibles por su distintivo color negro con amarillo, circulan por toda la ciudad, brindando un acceso rápido a los principales puntos de interés. 

Todos estamos acostumbrados a la presencia constante de los taxis, pero pocos conocen la historia detrás de su emblemático diseño. Aunque el color negro y amarillo de los taxis parece ser una característica habitual, su origen tiene una razón específica. 

Historia

A principios del siglo pasado, el Ayuntamiento de Barcelona fijó un precio único para poner fin a la crisis en el sector de "los coches de plaza", como eran conocidos antiguamente. Fue en 1924 cuando se estableció una norma común para todos ellos, en esos momentos un sector poco regulado. Por eso el consistorio barcelonés decidió publicar un nuevo código de circulación, el correspondiente a los vehículos con la línea amarilla.

Taxis en Barcelona

Taxis en Barcelona GALA ESPÍN

Desde entonces fue obligatorio marcar todos los vehículos con una línea de ese color. En función de las tarifas, estas franjas podían ser blancas, rojas, amarillas o azules. El servicio más barato era el de los vehículos con línea blanca, de un precio de 40 céntimos por kilómetro. A estos les seguían consecutivamente los de la línea roja, de 50, los de la amarilla, de 60, y los de la azul --la más cara-- de 80 céntimos por kilómetro.

La razón del negro y amarillo

Pero ¿por qué se decidió que todos los taxis serían amarillos y negros? Cinco años más tarde, en un contexto de auge turístico con motivo de la Exposición Internacional de 1929, comenzó un fuerte conflicto por la competencia en lo relativo a las tarifas entre las compañías de taxis. Con el objetivo de poner fin a esta crisis, el Ayuntamiento fijó como precio único el correspondiente a los vehículos de la franja amarilla.

De esta forma, desde 1934 todos los taxis de Barcelona adquirieron su ahora característico color amarillo, que comparte espacio con el negro. Este tono totalmente oscuro se debe a que, en aquella época, era el color de la mayoría de los vehículos. Estos colores para los taxis de Barcelona coinciden con los de otras ciudades, como Santiago de Chile, Buenos Aires y Rosario, entre otras.