Entrada de la Casa Manel Verdú

Entrada de la Casa Manel Verdú

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L'Eixample esconde dos casas gemelas centenarias esculpidas en piedra: con una 'carassa'

Este conjunto de casas gemelas en el corazón del Eixample es un ejemplo más del estilo modernista de Maurici Augé, una combinación de riqueza ornamental y funcionalidad

7 septiembre, 2024 23:30

Una enorme cara esculpida en piedra se asoma entre la profusa vegetación sobre la puerta del número 248-250 de la calle Valencia. Este enorme rostro de rasgos más afables que fieros preside la entrada de la Casa Manel Verdú, un conjunto formado por dos casas gemelas de estética común, proyectado por el arquitecto Maurici Augé Robert para el promotor que le da nombre y construido entre 1901 y 1904. De estilo claramente modernista, este edificio de cinco plantas llama la atención por su rica ornamentación esculpida en piedra con los recursos más diversos: columnas salomónicas, bustos en los dinteles, detalles geométricos y motivos florales. Este es uno de los rasgos distintivos en la obra de Augé, autor de otros edificios de características similares para el mismo promotor en el Eixample.

Elegancia y modernismo

Al margen de la enorme cara esculpida en la entrada, que llama la atención y confiere a la casa una identidad única, la Casa Manel Verdú destaca por una modificación posterior en la fachada aplicada sobre una de las casas del conjunto, a la que se añadió una espectacular tribuna en el piso principal. Con ella, Augé no solo enriqueció aún más la apariencia exterior del edificio, sino que demostró su capacidad para adaptar el diseño original a nuevas necesidades estéticas o funcionales.

Belleza y funcionalidad es precisamente la combinación que marcó la obra de este arquitecto barcelonés. Maestro de obras desde 1875, se caracterizó desde sus inicios por el uso de materiales nobles como la piedra, la madera y la forja, la atención meticulosa a los detalles y una integración armoniosa de elementos decorativos de influencias clásicas, en la simetría y las proporciones, y modernistas en los detalles. ¿El resultado? Edificios residenciales visualmente impactantes, elegantes y tan tradicionales como innovadores que han dejado huella no solo en el Eixample, sino en otros barrios como Gràcia y Sarrià, y fuera de Barcelona, en el Masnou.