Sants en la actualidad es un barrio de Barcelona situado en la zona sur de la ciudad que todos conocen por su mítica estación de tren. Sin embargo, sus orígenes se remontan al siglo XIX, cuando era un pequeño vecindario agrícola con identidad única, antes de incorporarse oficialmente a la capital catalana en 1897.
Se trata del núcleo de población más importante y el barrio más extenso y más antiguo del distrito de Sants-Montjuïc. En el siglo XIX era un barrio obrero con diversas fábricas textiles, entre las cuales debe destacarse El Vapor Vell, que se convirtió en biblioteca y escuela en el 2001, y La España Industrial.
Incorporación oficial
En 1897, Sants vivió un cambio trascendental en su historia cuando se incorporó oficialmente a Barcelona. Este proceso de anexión fue impulsado por la creciente urbanización y la expansión demográfica que experimentaba la región en ese momento. La conexión ferroviaria, con la construcción de la estación de tren de Sants en 1875, sirvió como un puente vital entre el pueblo y la ciudad, allanando el camino para la fusión.
La unión con Barcelona no solo transformó la geografía de Sants, sino que también marcó el inicio de una nueva era para sus habitantes. El desarrollo urbanístico trajo consigo la modernización de infraestructuras, la aparición de nuevas plazas y avenidas, y la integración de Sants en la trama urbana de Barcelona.
Estatua dedicada a un conocido poeta
La plaza de Sants es uno de sus puntos de interés, con su estatua dedicada al poeta y dramaturgo Joan Pelegrí. Esta plaza se convierte en un lugar de encuentro para la comunidad, donde se celebran eventos locales y donde los vecinos disfrutan de la vida al aire libre.
Otro aspecto notable es la diversidad gastronómica que ofrece Sants. Sus calles están salpicadas de bares y restaurantes que sirven desde platos tradicionales catalanes hasta propuestas culinarias más vanguardistas. Esta amalgama de sabores refleja la rica fusión de la tradición y la modernidad que define la esencia de Sants.