Cuando los turistas vienen a Barcelona (y los barceloneses decidimos aprovechar la oferta cultural de la ciudad), suelen aparecer, en su lista de sitios a visitar, algunos museos. El museu Picasso, MNAC, CCB, y ahora Moco Museum, son las opciones que se tienen en cuenta. Pero no son todas. 

En efecto, en el centro de Barcelona hay un museo desconocido pero igualmente fascinante: el Museo Etnológico y de Culturas del Mundo. Este museo es un espacio dedicado a mostrar la diversidad cultural y la riqueza de las tradiciones que existen en distintos rincones del mundo. Sin embargo, lo que lo hace aún más especial es que, todos los domingos por la tarde, ¡la entrada es completamente gratuita! Una oportunidad perfecta para quienes buscan una experiencia cultural única sin costo alguno.

Este museo dispone de dos sedes principales, lo que permite una experiencia más completa y variada. La primera sede está ubicada en la calle Montcada, en el corazón del Gòtic, muy cerca del popular Museo Picasso. Este edificio histórico alberga una impresionante colección de objetos y artefactos provenientes de culturas de Asia, África, Oceanía y América. Desde máscaras tribales hasta figuras religiosas, la exposición invita a los visitantes a sumergirse en el mundo de las civilizaciones más remotas y comprender cómo la cultura moldea las formas de vida y creencias de las sociedades.

La segunda sede está en Montjuïc

La segunda sede se encuentra en el Parque de Montjuïc, rodeada de naturaleza y jardines que invitan a pasear antes o después de la visita. En esta sede, el museo se centra más en las culturas locales y regionales, con un enfoque especial en las costumbres y tradiciones de Catalunya, pero también con exposiciones que abarcan otros aspectos del folclore y la vida cotidiana de comunidades de todo el mundo. Es un espacio donde el visitante puede explorar las similitudes y diferencias entre las culturas y cómo estas han evolucionado a lo largo del tiempo.

El Museo Etnológico y de Culturas del Mundo en Barcelona AYUNTAMIENTO DE BARCELONA

Además de su increíble colección permanente, el Museo Etnológico y de Culturas del Mundo destaca por su variada oferta de actividades. Algunas de ellas están orientadas a los más pequeños, como talleres infantiles en los que los niños pueden aprender sobre otras culturas a través de manualidades, juegos y cuentos.

Estas actividades permiten que los más jóvenes disfruten de una experiencia educativa a la vez que entretenida. Para los adultos, el museo ofrece charlas, visitas guiadas y seminarios que profundizan en temas de antropología, historia y cultura. También se organizan exposiciones temporales y eventos especiales que abordan temas actuales desde una perspectiva intercultural.

Cuándo puedes visitarlo gratis

Una de las principales ventajas del museo es que todos los domingos por la tarde la entrada es gratuita. Esto hace que sea un plan perfecto para aquellos que quieran aprovechar su fin de semana, explorando un rincón menos turístico pero igualmente enriquecedor de la ciudad. Además, el acceso gratuito fomenta que el museo se convierta en un lugar de encuentro para barceloneses y turistas interesados en la diversidad cultural.

Una exposición temporal que revisita la tradición

El relato expositivo gira en torno al diálogo que se establece entre las nueve propuestas artísticas/discursivas y las piezas históricas, en un concepto de espacio abierto, sin ámbitos cerrados, en el que la visualidad y las reflexiones se entrecruzan.

Seleccionadas y curadas por Rosa Lleó, en el espacio expositivo se despliegan las propuestas creadas por Agnes Essonti, Chenta Tsai Tseng, Chiara Camoni, Domènec, Lydia Ourahmane, Nikki Luna, Patricia Domínguez, Regina de Miguel y Ruta de autor.

El origen de la propuesta parte de la invitación a entrar en los espacios internos del museo que normalmente están cerrados al público general (es decir, las reservas donde se conservan las colecciones), donde cada artista ha elegido unas piezas determinadas, de orígenes y significados poliédricos diversos. Estas piezas de las colecciones han sido la raíz, el punto de partida, de las nuevas creaciones. En la exposición conviven, por tanto, unas y otras: las piezas históricas se han integrado en las nuevas creaciones, de tal manera que se presentan resignificadas, «reencantadas».