Barcelona rehabilitará una masía histórica del S.XVIII para convertirla en un casal para ancianos. Se trata de la torre Garcini del barrio del Guinardó. El Ayuntamiento prevé que las obras comiencen en verano de 2025 y finalicen el primer trimestre de 2027. El presupuesto para esta intervención asciende a cuatro millones.
En concreto, este edificio está situado en la calle Xiprer. La finca, en desuso desde hace años, tiene una superficie construida de 667 metros cuadrados, con una planta baja y dos plantas más. El futuro equipamiento contará con un aula de informática, un taller de cocina, una sala de juegos y de lectura, entre otros espacios.
Recuperar la estructura original
La intervención también tiene previsto recuperar la estructura original y preservará al máximo los elementos característicos de la casa, como las tejas de cerámica de la cubierta, las baldosas hidráulicas de los pavimentos, el horno o la chimenea.
Paralelamente, se construirá un edificio anexo que funcionará como sala polivalente. La nueva edificación, de 193 metros cuadrados de superficie, tendrá una gran sala en la planta baja para actos y otro espacio para diferentes usos en la planta primera.
Jardines abiertos al público
Asimismo, se arreglarán los jardines que rodean la finca para abrirlos al público, creando tres accesos en lugar de uno, como está ahora. También se conservará al máximo la vegetación existente y se plantará más verde.
Por otro lado, habrá una zona, como complemento al programa del casal, donde los vecinos y vecinas podrán plantar flores. Otros elementos que se recuperarán de la zona ajardinada serán la antigua balsa y el pozo que abastecía a la torre.
Uno de los proyectos más importantes
El concejal del distrito de Horta-Guinardó, Lluís Rabell, destacó que se trata de uno de los "proyectos más importantes durante este mandato" del barrio del Guinardó y recordó la lucha vecinal para su recuperación.
También destacó la relevancia del proyecto por su capacidad para “integrar varios aspectos”, no solo revalorizando el patrimonio, sino también por su “función social” como casal y por su objetivo de “mitigar el impacto del cambio climático mediante la creación de espacios que actúen como refugios climáticos potenciando áreas verdes”.