El nuevo refugio antiaéreo de Barcelona que se podrá visitar este 2025: por solo 3 euros
Las obras para remodelar la Torre de la Sagrera revelaron la existencia de este espacio privado que fue usado durante la Guerra Civil
Barcelona guarda secretos bajo tierra. La capital catalana ha sido testigo de muchas batallas a lo largo de su historia. Con el paso de los años hay espacios que han quedado en el olvido de todos. Es el caso del refugio antiaéreo de la Torre de la Sagrera, ubicado en la en los números 64 y 66 de la calle de Berenguer de Palou.
Pensado como un refugio privado, los vecinos y trabajadores de la zona también lo utilizaron para protegerse. Ahora ya se ha finalizado su puesta a punto, con una experiencia inmersiva que permite acercarlo a los que lo quieran visitar.
El espacio se abrirá para que los barceloneses puedan visitar y disfrutar de uno de los refugios mejor conservados de la ciudad. Los interesados podrán hacer visitas a partir del 17 de enero, cuando se inaugurará. El precio de las entradas, que se deben reservar en su página web, será de tres euros por persona. El precio varía si se quieren comprar entradas para grupos.
Un refugio privado de 1937
Construido en 1937, esta infraestructura para defenderse de las bombas de la aviación tiene 84 metros de largo. La Sociedad Obrera Colectivizadora fue la impulsora de este refugio, y se pensó para que se integrara en la red del alcantarillado de la ciudad.
El refugio no formaba parte del censo ni disponía de un número identificativo como sí que les pasa con los que están incluidos en la lista de refugios del Servicio de Defensa Pasiva Antiaérea o de la Junta de Defensa Pasiva de la Generalitat de 1938.
Las obras de reforma para rehabilitar la Torre de la Sagrera en 2014 dejaron a la vista una puerta tapiada que daba acceso al refugio. La torre, de estilo neoclásico, había sido la residencia del director de la fábrica textil La Española. Más tarde, otra actuación en la calle de Berenguer de Palou descubrieron otra puerta de acceso.
Un interior intacto
En su interior no parece que haya pasado el tiempo. La clausura del espacio hasta 2014 ha permitido mantener intacto su interior, que sigue como la última vez que fue utilizado.
El refugio conserva las estructuras originales como los bancos y las letrinas o los pozos de ventilación y la instalación eléctrica original intacta. Todo ello hace que se pueda imaginar cómo fueron los momentos en su interior en plena Guerra Civil, cuando dio cobijo y refugio a personas que querían protegerse de las bombas de la aviación.