
Polen del plátano en la Vila de Gràcia de Barcelona en una imagen de archivo / REDES SOCIALES
Niveles extremos de polen en Barcelona: temperaturas disparadas después de unas lluvias de récord
La ciudad se enfrenta a una de las primaveras más complicadas para los alérgicos
Gracias a las abundantes lluvias de marzo, tras meses de sequía, y el calor que se espera para la próxima semana, se está generando un caldo de cultivo idóneo para el aumento de los niveles de polen en la capital catalana.
La combinación de factores meteorológicos, junto a la polinización de muchas de las especies vegetales que encontramos en la capital catalana harán, de las próximas semanas, las peores del año, según su calendario polínico.
Lluvias tras la sequía: un detonante
Las lluvias récord de marzo, que superaron los registros históricos en muchos puntos de Catalunya, han jugado un papel crucial en el aumento de los niveles de polen.

Una acera con árboles en Barcelona
Tras periodos de sequía, las plantas sufren estrés hídrico, lo que limita su floración. Sin embargo, la llegada de precipitaciones abundantes actúa como un revulsivo. El agua de lluvia estimula el crecimiento vegetal de nuevo, desencadenando una floración masiva, como la que estamos teniendo.
Este fenómeno, a modo de “rebrote compensatorio”, provoca que las plantas produzcan más polen para garantizar su reproducción y su supervivencia. Además, las lluvias intensas fragmentan los grumos de polen, facilitando su dispersión en el aire una vez que el tiempo se estabiliza, lo que explica los niveles extremos observados en Barcelona.
El impacto del calor
Las previsiones a medio y largo plazo vislumbran un aumento de las temperaturas hasta los 25°C en Barcelona, unos valores bastante por encima de la media climática para un mes de abril-principios de mayo.
Este calor acelera los ciclos de las plantas y árboles, incrementando la liberación de polen. Según estudios, las temperaturas elevadas no solo intensifican la producción de polen, sino que también pueden prolongar la temporada alérgica, ya que las plantas florecen durante más tiempo.

Mapa de previsión de polen
En dichos artículos se advierte de que las emisiones de polen podrían aumentar hasta un 40% debido al aumento de las temperaturas a nivel global, y que la temporada alérgica podría prolongarse casi tres semanas más para finales de siglo.
El viento: un aliado de la dispersión
El viento es otro factor determinante en los niveles de polen. En Barcelona, su impacto depende de su dirección y fuerza. Los vientos terrestres, que soplan desde áreas rurales ricas en vegetación, transportan grandes cantidades de polen hacia la ciudad, elevando las concentraciones en el aire.
Por el contrario, los vientos marinos, más húmedos, tienden a limpiar la atmósfera, reduciendo los niveles de polen. En abril, cuando la floración está en su apogeo, los días ventosos pueden disparar la exposición alérgica, especialmente si coinciden con altas temperaturas que favorecen la liberación de polen.
Pólenes que afectan a Barcelona
Los pólenes más problemáticos en Barcelona durante la primavera son los cipreses, los pinos, los plataneros, las gramíneas, la parietaria, la encina y el roble.

Coches llenos de polen, en una calle de Barcelona
Sin embargo, según datos del Punt d’Informació Aerobiològica de Catalunya, el nivel de riesgo extremo se encuentra en dos especies: la parietaria y los plataneros; para este último, se prevé un descenso de cara a la semana que viene.