El edificio del centro de Barcelona que diseñó un colaborador de Gaudí: conserva una "firma oculta" del arquitecto

En el laberíntico barrio de Sant Pere, Santa Caterina i la Ribera, heredero de uno de los cuatro quarters originales romanos y marcado por el antiguo monasterio de Sant Pere de les Puel·les, se esconden historias en cada esquina.

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Una de ellas la encontramos en la calle Mare de Déu del Pilar, un pasaje tan estrecho que el sol apenas se atreve a entrar y donde muchos tesoros pasan desapercibidos. Su nombre actual recuerda la devoción a la Virgen del Pilar tras una plaga en el siglo XVII, que sustituyó al antiguo "Carrer d'en Cuc", llamado así por una familia de mercaderes.

Casa Bruguera: historia viva desde el S.XVIII

Precisamente en esta calle, en el número 24, se alza la Casa Bruguera, un edificio residencial del siglo XVIII, de planta baja y cuatro pisos con azotea. Aunque su estructura original es antigua, la casa experimentó una profunda reforma en 1918, encargada por su propietaria, Teresa Borrell, viuda de Bruguera, quien deseaba añadir una nueva planta.

El arquitecto elegido fue Josep Maria Jujol i Gibert, ya entonces conocido colaborador de Antoni Gaudí.

La Casa Bruguera en una imagen de achivo VIQUIPEDIA

La joya del edificio: su fachada

Pero la verdadera joya de la Casa Bruguera, la que la convierte en un rincón singular, es su fachada. Aquí, Jujol dejó una muestra de su inagotable creatividad a través de la técnica del esgrafiado.

Según parece, trabajando directamente sobre el cimiento fresco y de manera casi improvisada, Jujol utilizó un clavo para raspar la superficie, creando una decoración única que rinde homenaje a una figura clave nacida en esa misma calle en 1650: Sant Josep Oriol.

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Al “doctor Pa i Aigua”

Este santo barcelonés, doctor en teología y sacerdote en el Pi, fue conocido popularmente como el "doctor Pa i Aigua" por su dedicación a los pobres y enfermos. Su fama de milagrero llevó a su beatificación en 1806 y posterior canonización en 1909, apenas nueve años antes de la reforma de la casa a cargo de Jujol.

Los esgrafiados de la Casa Bruguera narran visualmente la historia del santo. Jujol dibuja la figura de Josep Oriol levitando felizmente entre nubes, cintas y guirnaldas de flores. A diferencia de los esgrafiados barrocos, Jujol no utiliza color, basando toda la expresividad en las diferentes texturas que logra al raspar el cemento liso.

En la fachada podemos identificar las fechas más significativas de la vida del santo: a la izquierda, su nacimiento (1650); a la derecha, su fallecimiento (1702); en el centro inferior, su beatificación (1806) y canonización (1909); y en el centro superior, una cruz enlazada.

Tubos y cabes eléctricos 

Lamentablemente, la delicadeza de esta obra de arte improvisada contrasta con la indiferencia con la que, posteriormente, se instalaron tubos y cables eléctricos sobre ella, dañando parte del diseño original. Aun así, al alzar la vista en la penumbra de la calle Mare de Déu del Pilar, se puede ver esta firma oculta de Jujol.