Estado de la sequía en Catalunya: los pantanos que abastecen Barcelona rozan el lleno tras años al límite

Catalunya empieza a dejar atrás la sombra de la sequía. Las lluvias de la primera mitad de 2025 han revertido una situación crítica que vivía la comunidad autónoma, y en especial, los embalses del sistema Ter-Llobregat, que abastecen Barcelona y su área metropolitana. 

Los datos publicados por la Agència Catalana de l’Aigua confirman que los principales embalses de la cuenca Ter-Llobregat se encuentran actualmente al 82,12% de su capacidad total (502,64 hectómetros cúbicos), marcando el mejor dato en una década.

Este avance supone un alivio para millones de personas que dependen de este sistema para el suministro de agua potable y pone fin a más de dos años de restricciones.

Por ahora, la imagen del pantano de Sau recuperado y las compuertas abiertas en Susqueda ofrecen un respiro a una Catalunya que, después de años de emergencia hídrica, puede por fin mirar al verano con algo más de tranquilidad.

Las compuertas del embalse del pantano de Sau

Embalses

Entre los embalses más emblemáticos está el pantano de Sau, que se encuentra al 62,7% de su capacidad (103,61 hm³ de los 165,26 máximos).

Aunque todavía no ha recuperado sus niveles históricos, la cifra representa un salto importante frente al preocupante 25% que presentaba hace justo un año. Este embalse es el único del Ter-Llobregat que ha visto reducida la cantidad de agua estos últimos días. 

Durante gran parte de 2023, el pantano fue el símbolo de la crisis hídrica: su famoso campanario, perteneciente al antiguo pueblo de Sant Romà de Sau, quedó totalmente al descubierto, convirtiéndose en un referente visual del impacto de la sequía.

Por su parte, el embalse de Susqueda registra un impresionante 89,3% (208,19 hm³), mientras que La Baells alcanza el 97,2%, prácticamente a plena capacidad. La Llosa del Cavall se sitúa en el 76,9% y Sant Ponç llega al 93,8%. 

El pantano de Sau, con el campanar de la Iglesia casi cubierto

En conjunto, estos datos superan ampliamente tanto los registros del año pasado, cuando 184,38 hm³, apenas el 30% de capacidad) como las medias de los últimos cinco y diez años, que eran de 367,78 hm³ y 450 hm³, respectivamente.

El fin de las restricciones

El pasado 12 de mayo, la consellera de Territorio, Vivienda y Transición Ecológica, Sílvia Paneque, anunció oficialmente la entrada en fase de normalidad, lo que supuso levantar las restricciones que afectaban al uso del agua en el ámbito doméstico, agrícola e industrial. 

La situación mejora no solo para el consumo humano, sino también para la biodiversidad. Los ecosistemas que dependen de estos embalses, especialmente los acuáticos, habían sufrido una fuerte presión durante los meses más duros de la sequía.

Las reservas pesqueras, las aves acuáticas y los hábitats naturales cercanos a las cuencas fluviales empiezan ahora a recuperarse gracias al aumento del caudal.

El pantano de Sau durante la sequía Lorena Sopêna - Europa Press

Un verano clave para la gestión sostenible

Aunque la mejora es indiscutible, desde el Govern insisten en que no se puede bajar la guardia.

Catalunya sigue siendo una región vulnerable al cambio climático y a las sequías recurrentes, aunque los datos actuales son muy buenos, en especial si se comparan con la situación de hace 12 meses. 

La Generalitat ha pedido a los ciudadanos responsabilidad en el consumo de agua, recordando que un verano seco podría revertir rápidamente los avances logrados.

Los expertos han señalado que la clave estará en mantener una gestión sostenible de los recursos, priorizando las políticas de ahorro, reutilización y eficiencia.

A pesar de los buenos datos, advierten que confiar únicamente en los episodios de lluvias no es una estrategia a largo plazo, algo de lo que el Govern está de actuando, en especial, con las obras para las desalinizadoras.