Barcelona suma una nueva joya a su patrimonio visitable. Por primera vez en más de cien años, la fachada posterior de la Casa Batlló, una de las obras más emblemáticas de Antoni Gaudí, ha sido completamente restaurada y abierta a la mirada pública.
Esta intervención ha devuelto a la vida una parte desconocida del edificio modernista, que ahora luce como en 1906, el año en que el arquitecto culminó su transformación de la casa para la familia Batlló.
La restauración, que ha durado varios meses y ha implicado a especialistas en arquitectura modernista, conservación de patrimonio y artesanía tradicional, se ha centrado en recuperar los materiales y colores originales del proyecto de Gaudí.
La nueva fachada restaurada de la Casa Batlló
El resultado es una fachada posterior vibrante y llena de detalles que había quedado olvidada entre reformas y ampliaciones poco fieles al diseño original.
El patio oculto que ahora puede admirarse
A diferencia de la fachada principal que da al Passeig de Gràcia, conocida por su ondulante forma orgánica y su fachada de trencadís, la parte trasera del edificio había pasado desapercibida incluso para muchos barceloneses.
El espacio, que incluye también el patio interior de la Planta Noble, fue concebido por Gaudí como una zona de aire, luz y vegetación, con pérgolas, balcones de madera y una delicada ornamentación cerámica.
Vista de la Casa Batlló de Barcelona sin colas en su entrada / EFE - ALEJANDRO GARCÍA
La restauración ha permitido rescatar detalles casi perdidos, como las jardineras que bordeaban los patios de ventilación, el pavimento de mosaico y estructuras metálicas decorativas. Gracias a estudios científicos sobre los materiales y pigmentos usados originalmente, se ha logrado reconstruir la fachada con gran fidelidad al diseño original.
Una mirada gratuita al legado de Gaudí
Aunque la zona restaurada forma parte del recorrido privado de la Casa Batlló, existe una alternativa gratuita y legal para contemplarla sin pagar entrada.
Desde el edificio colindante del Servei Estació —una popular tienda de bricolaje con acceso por la calle Aragó— es posible asomarse a los ventanales de su escalera interior. Desde allí, cualquier visitante puede disfrutar de una vista clara y privilegiada de la fachada trasera de Gaudí.
Este curioso “mirador alternativo” se ha convertido en un secreto a voces entre los vecinos de la ciudad, que valoran poder contemplar una parte del patrimonio arquitectónico de Barcelona sin coste alguno.
Exterior de la Casa Batlló decorada con motivo de Sant Jordi / Facebook Casa Batlló
La experiencia, además, ofrece una perspectiva diferente: la del patio de manzana, un espacio cotidiano que contrasta con la exuberancia de la obra de Gaudí.
Una nueva vida para un espacio olvidado
La restauración de la fachada trasera no solo enriquece la experiencia de visitar la Casa Batlló, sino que también aporta un nuevo capítulo a la historia del modernismo catalán. Para quienes buscan redescubrir Barcelona con ojos nuevos —y sin gastar un euro—, este rincón rehabilitado es ya parada obligatoria.
Ahora, tanto turistas como vecinos pueden disfrutar de esta obra maestra desde una nueva perspectiva, y sin necesidad de pasar por taquilla. Un secreto a voces para quienes quieren ver el arte de Gaudí más allá de las postales.
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