Robbie Williams convierte Cornellà en una “terapia colectiva” con un show inolvidable

Robbie Williams convierte Cornellà en una “terapia colectiva” con un show inolvidable QUIQUE GARCÍA - EFE

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Robbie Williams convierte Cornellà en una “terapia colectiva” con un show inolvidable

El artista británico arrasa en el RCDE Stadium con su única actuación en España y revive el espíritu 'britpop' en un concierto tan emocional como arrollador

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Cornellà de Llobregat ha vivido este sábado, 5 de julio, por la noche un baño de nostalgia, energía y espectáculo de la mano de Robbie Williams. 

El artista británico ha llenado el RCDE Stadium con 32.000 personas en su única parada en España dentro del Britpop Tour 2025.

Robbie Williams en su concierto en Cornellà

Robbie Williams en su concierto en Cornellà ACN

Y lo ha hecho como solo él sabe: combinando potencia vocal, humor ácido, confesiones personales y un repertorio que hizo temblar al estadio.

Canciones de siempre

El exlíder de Take That arrancó con Rocket, de su nuevo disco, pero el clímax no tardó en llegar con himnos como Let Me Entertain You, Rock DJ o Millennium, coreados por un público entregado de principio a fin.

El momento más íntimo lo marcó Angels, que cerró la noche con miles de voces en comunión y luces de móviles encendidas.

Entre lo humano y lo virtual

El espectáculo combinó tecnología y emoción: pantallas gigantes, inteligencia artificial para proyectar a Elvis o Lennon, e incluso frases motivacionales. Pero Robbie lo dejó claro: La tecnología nunca sustituirá lo humano.

A lo largo del show, el británico --que no ocultó su fragilidad-- habló abiertamente sobre su salud mental, su necesidad del público y su deseo de seguir brillando en los escenarios: Sin vosotros estaría solo, dando brincos con mis problemas, dijo, provocando una ovación.

Robbie Williams en su concierto en Cornellà

Robbie Williams en su concierto en Cornellà RRSS

Cornellà, epicentro del 'britpop' por una noche

La actuación convirtió Cornellà en una cápsula noventera con toques actuales. No faltaron baladas como She’s the One o Love My Life, ni juegos escénicos al más puro estilo Robbie: gestos exagerados, miradas cómplices, baile y provocación.

Con este directo, el artista demostró que, a sus 51 años, sigue siendo uno de los grandes showmen del pop europeo. Una noche que, para muchos, fue algo más que música: una auténtica terapia colectiva.